Jueves, 18 Abril 2024
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‘Alacrán enamorado’ / En un mundo lleno de odio

El director y algunos de los actores de Alacrán enamorado son aficionados al boxeo, un deporte que, en su opinión, sirve “como metáfora de la vida”. / La presentación de la película en Madrid, con la presencia de los dos hermanos, Javier y Carlos, Bardem, levantó grandísima expectación.

Hacía mucho tiempo que la presentación de una película no levantaba tanta expectación. Los dos hermanos Bardem –Carlos y Javier- juntos en el mismo proyecto; dos de los actores más populares de los últimos años –Álex González y Miguel Ángel Silvestre-, mano a mano, y Santiago A. Zannou, un director que sorprendió con su ópera prima, El truco del manco, son elementos de sobra para concitar la curiosidad. Si a ello se suma que la película es una historia de neonazis y de boxeo, que promete por tanto acción y contenido social al mismo tiempo, y que añade una hermosa historia de amor, es fácil explicar la asistencia masiva de periodistas a la rueda de prensa de presentación. Así, con Javier Bardem, la superestrella del cine español, esperando pacientemente en el pasillo de una sala de los Cines Princesa a que los cámaras y el resto de reporteros encontraran un lugar en el que colocarse, comenzó la presentación de este drama, adaptación de una novela de Carlos Bardem, autor del guion junto con Zannou y protagonista del filme.

Carlomonte y Julián

Su papel en la película es el de Carlomonte, un antiguo boxeador, ahora entrenador, que se convierte en la persona esencial en el proceso de superación de Julián (Álex González), un chico de barrio que decide dejar atrás el odio y la violencia con los que ha convivido hasta ese momento. Miembro de una banda de neonazis, liderada por su amigo Luis (Miguel Ángel Silvestre), empieza a apartarse de ese mundo cuando conoce de cerca el boxeo y a Alyssa (Judith Diakhate), con la que descubre el verdadero amor. Javier Bardem da vida a Solís, el carismático líder nazi, un tipo con pinta de abogado, diplomático y aparentemente mesurado, pero peligrosísimo y muy consciente de qué debilidades son las más fáciles de aprovechar para ganar adeptos. El reparto lo completa un personaje fundamental en la película, el boxeador Hovik Keuchkerian, campeón en varias ocasiones, que aquí interpreta el papel del dueño del gimnasio donde entrenan los protagonistas.

El boxeo, metáfora de la vida

“El boxeo sirve de metáfora de la vida, te tumbas y te vuelves a levantar para seguir luchando y ser mejor”, dice Carlos Bardem, quien asegura que en la película no hay trampa ni cartón, “queríamos que fuera de verdad el boxeo, por eso no hay trucos, ni especialistas y todos los que salen son profesionales…” Alacrán enamorado presenta, pues, un panorama aparentemente muy violento, aunque la realidad es que el director ha cuidado mucho este aspecto en la película. “Mi película no es violenta, es visceral. Hay películas mucho más violentas, con armas y muertos…”. “Para violencia –añade Carlos Bardem- la de los telediarios”. “La película no estudia la situación del nazismo en España, es una muestra de lo que ocurre en Europa y en el mundo, donde hay mucha gente llena de odio”, asegura Zannou, el director. Y Carlos Bardem puntualiza: “Queríamos poner el dedo en el tema del odio y en la idea de que en momentos de crisis, como éste, ideologías de este tipo prosperan, florecen”.  

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