‘LOS DÍAS QUE VENDRÁN’ / El tercer largometraje de Carlos Marques-Marcet se alzó como gran vencedor en el Festival de Málaga. María Rodríguez Soto y David Verdaguer son los protagonistas. www.cinesrenoir.com

El director y actor Carlos Marques-Marcet muestra en su nueva película, su tercer largometraje, todas las preguntas y dudas que asaltan a una pareja en los treinta ante la llegada de un hijo. Los días que vendrán es una crónica sobre el proceso de un embarazo en la España de hoy, de la precariedad laboral y la movilidad.

Gran vencedora de la reciente edición del Festival de Málaga, el filme se alzó con los premios de Mejor Película, Mejor Dirección y Mejor Actriz. Galardones que reconoce el trabajo de todo un equipo, liderado por Carlos Marques-Marcet y en el que han participado también las guionistas Clara Roquet y Coral Cruz.

“Si todo iba bien el bebé nacería en nueve meses, así que no tuvimos otro remedio que ponernos manos a la obra inmediatamente”

Los días que vendrán crece alrededor de Vir y Lluís, una pareja en la treintena, que descubren que están ‘embarazados’. Durante 9 meses, la película sigue la aventura de esta joven pareja barcelonesa, el giro enorme que dará su vida, sus miedos, alegrías, sus expectativas y las realidades que, durante su embarazo, crecen ante ellos…

Es el proceso de dos personas intentando aprender a ser tres cuando ni siquiera habían tenido tiempo de aprender a ser dos... Utilizando el embarazo real de la pareja de actores protagonistas, la película explora la dificultad de compartir con el otro la experiencia profundamente transformadora de este proceso.

“Trabajábamos a partir de improvisaciones en las que poníamos en juego los momentos y conflictos que los actores estaban viviendo”

“Esta vez no se trataba de hacer una película a partir del recuerdo de una experiencia pasada (como hicimos en 10.000 km) ni de una anticipación sobre el futuro (como estábamos haciendo en Tierra firme), sino a partir de la documentación de un presente inmediato. Y esta vez existían imperativos temporales: si todo iba bien el bebé nacería en nueve meses, así que no tuvimos otro remedio que ponernos manos a la obra inmediatamente”.

“Semana a semana trabajábamos a partir de improvisaciones en las que poníamos en juego los momentos y conflictos que los actores estaban viviendo, siempre a partir de la misma pregunta: ¿cómo habrían reaccionado a esto o aquello Virginia y Lluís? De esas improvisaciones nacían los guiones de escenas que reuníamos, acotábamos y depurábamos junto a Clara Roquet y Coral Cruz, y que rodábamos durante los fines de semana”.