‘Efectos secundarios’ / Crímenes de una sociedad dependiente

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Jude Law protagoniza la nueva película de Steven Soderbergh, Efectos secundarios, un thriller con los intereses millonarios de las farmacéuticas de fondo y desde el que denuncia el abuso de esta sociedad con los antidepresivos.

Hace unos años, un hombre fue absuelto de todos los cargos en un accidente con vehículo sin heridos mientras se encontraba bajo los efectos de unas pastillas para dormir. Aparecieron también por entonces en EE.UU. pruebas de que un antidepresivo muy popular estaba relacionado con otros delitos, incluido un espeluznante caso de secuestro y violación. La mezcla  de medicamentos con actos criminales y con el sentido de justicia proponía un cóctel muy apetecible al guionista Scott Z. Burns (El ultimátum de Bourne, ¡El soplón! Contagio…) que, además, pensó en la participación en ese combinado de las empresas farmacéuticas con todos sus intereses millonarios. Con Steven Soderbergh a la cabeza del proyecto, el resultado es un thriller, un cóctel en sí mismo, que juega con elementos de clásicos del suspense, por momentos con la estética del cine independiente y, definitivamente, con cierta denuncia social, en este caso hacia la dependencia que tenemos por este tipo de tratamientos para la depresión.

La película es un cóctel que mezcla ciertos medicamentos con actos delictivos y con los intereses de las farmacéuticas

El británico Jude Law, que consigue aquí una notable interpretación, es el protagonista de esta historia, donde le acompañan Rooney Mara, Catherine Zeta-Jones y Channing Tatum. Efectos secundarios comienza con la vuelta a casa de Martin Taylor (Tatum), quien ha estado en prisión cumpliendo sentencia por un delito económico. Emily (Rooney Mara), su mujer, cae entonces en una profunda depresión y acude a la consulta del doctor Jonathan Banks (Jude Law), quien, a su vez, pide consejo a la doctora Erica Siebert (Catherine Zeta-Jones), que la trató anteriormente. Emily no mejora y Banks la pone una nueva medicación, sin embargo, los efectos secundarios de ésta tienen unas consecuencias terribles. Violencia, vidas arruinadas y mucho dinero en juego dan la vuelta a la situación.

“Me gustan las películas que intentan hacer más de una cosa a la vez”, asegura el director Steven Soderbergh, quien en este filme, desde luego, toca distintos palos y, con la complicidad de Burns, juega a desconcertar al espectador. “Lo que Steven y yo queríamos era que los espectadores se sintieran también desconcertados en cuanto a sus propias experiencias”, asegura el guionista, quien afirma que una intención que tenían con este proyecto era hacer ver a la gente el problema que esta sociedad tiene con los fármacos.

Jude Law: «Es un sofisticado thriller para adultos ambientado en el mundo de la psiquiatría y los fármacos con receta»

La película es, en palabras de Jude Law, “un sofisticado thriller para adultos ambientado en el mundo de la psiquiatría y los fármacos con receta. Lo que el guion hace de manera muy inteligente es no insistir demasiado en el asunto de los fármacos. Se trata más bien de alguien que tiene todo que perder y lo pierde todo. También tiene el elemento de intriga por descubrir al culpable. Los giros mantendrán en vilo a los espectadores e incluso es posible que quieran volver a verla”.

Dirección: Steven Soderbergh. Guion: Scott Z. Burns. Producción: Scott Z. Burns, Lorenzo di Bonaventura y Gregory Jacobs. Fotografía: Steven Soderbergh. Montaje: Steven Soderbergh. Música: Thomas Newman. Reparto: Jude Law, Rooney Mara, Catherine Zeta-Jones, Channing Tatum, Vinessa Shaw, Mamie Gummer y Kerry O’Malley. Distribuidora: Eone Films. Estreno: 5 de abril de 2013. www.aurum.es

 

2 comentarios

  • alfonso ormaetxea dice:

    Prozac por compasión
    La película reúne las dos caras del bifronte Soderbergh: la indie de su maravillosa ópera prima, Sexo, mentiras y cintas de vídeo o Che el argentino, incluso The Girlfriend experience y la comercial de los diversos Ocean’s, Magic Mike o Contagio.

    En esta junta las dos, con una parte de denuncia, sólida y bien argumentada que retrata el negocio de los laboratorios, el chanchulleo de los médicos coludidos con ellos y el enorme caudal de dinero que mueven los antidepresivos, neurobloqueadores y ansiolíticos, como remedio sencillo, a mano y neutro que borra el peligro de asomarnos a nuestro propio interior como decía el gran Buñuel que deberían poner en los tranvías. La otra parte presenta una convencional aunque correcta historia con estructura de thriller que desdibuja la historia principal.

    Como siempre, Soderbergh filma gélidamente con puesta en escena y sobre todo fotografía espectaculares, que no es sinónimo de buena, sino realmente un espectáculo al que asistir acentuado por los nuevos proyectores y copìas digitales de algunas salas de los Renoir.

    Jude Law mejora con la edad, al contrario que Cateherine Zeta-Jones y la joven Rooney Mara está bien dirigida y contenida en su difícil papel.

    Es más fácil echar la culpa a la dopamina y tomar pastillas que mirarse al espejo y sostenerse la mirada y el alma, pero sigue siendo un método mucho más honesto y más estético bucear en el whiskey irlandés y el tequila reposado, nunca mejor dicho.

  • LGI dice:

    Buen análisis de la película Alfonso, muy acertado

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