Jueves, 25 Abril 2024
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“El humor forma parte de la cultura escandinava”

‘RAMS (EL VALLE DE LAS CARNEROS)’ / Grímur Hákonarson, miembro de nuevo cine islandés, retrata el fin de una forma de vida con la complicidad de sus dos actores protagonistas y con un toque de humor muy personal. Mejor Película de la sección Un Certain Regard en Cannes y Espiga de Oro en la Seminci de Valladolid. www.cinesrenoir.com

Mejor Película de la sección Un Certain Regard en Cannes y Espiga de Oro en la Seminci de Valladolid, RAMS (El valle de los carneros) retrata una parte bastante desconocida de la vida de Islandia. Grímur Hákonarson muestra los problemas de los granjeros de su país a través de la historia de dos hermanos que no se hablan desde hace cuarenta años, aunque viven aislados en medios del campo y uno enfrente del otro. El estilo casi documental se mezcla en este filme con el peculiar sentido del humor escandinavo.

LA GRAN ILUSIÓN.- Usted conoce el medio rural en Islandia, ¿de sus experiencias ha nacido la película?

GRÍMUR HÁKONARSON.- De lo que conozco, en parte. Los granjeros de esa zona de Islandia viven muy aislados, al borde de la civilización. Y, sí, conozco muchos que son así, solteros. Los hombres se quedan en las granjas y las mujeres se marchan. Por eso están tan unidos a los animales, a sus carneros. Además, no necesitan comunicarse.

LGI.- Sus personajes muestran una especie de orgullo islandés, ¿existe?

GH.- Más o menos. Hay muchas historias como la que yo cuento en Islandia, aunque supongo que ocurren en todas partes. Pero sí es verdad que en Islandia la gente es cabezota y muy independiente, con ese orgullo islandés. En esta historia se ve más porque todo es más drástico, están muy aislados… nosotros somos una isla, ya de por sí, toda la nación está aislada.
“Es verdad que en Islandia la gente es cabezota y muy independiente, que tiene ese orgullo islandés”

LGI.- ¿RAMS es la historia del fin de una forma de vida?

GH.- No sé si el fin, pero es muy difícil ser granjero y ya hay muy pocos que se dediquen exclusivamente a las ovejas. Hace cien años era la industria principal del país, la de las ovejas, y ahora está en un declive radical. Hoy es más bien un hobby. La cultura de las ovejas existirá en Islandia siempre, pero la industria, no.

LGI.- Usted ha hecho antes cine documental, ¿en esta película, aunque sea ficción, ha querido que calara esa experiencia como documentalista?

GH.- Sí, aunque la historia de los dos hermanos no se podía hacer desde el documental. Pero en la película me han influido personajes reales y quería un tono real. Los propios granjeros dicen que es un retrato muy realista, aunque desde fuera pueda parecer un poco absurdo.
“Los granjeros dicen que es un retrato muy realista, aunque desde fuera pueda parecer un poco absurdo”

LGI.- Ese elemento del absurdo ayuda mucho al sentido del humor que hay en la película.

GH.- Es uno de los elementos más fuertes, creo, un humor escandinavo típico. Yo soy una persona con sentido del humor y me gusta meterlo en mis películas. El humor forma parte de la cultura escandinava, es un humor negro, con gags vikingos… En la película creo que hay escenas muy divertidas y otras en las que la gente se reirá por dentro.

LGI.- Con su película se descubre una parte de Islandia completamente desconocida, ¿era su intención?

GH.- Sí, incluso para el público de Reikiavik es desconocida. Pero obedece más a una tendencia de los cineastas que es la de contar historias de gente que está un poco al margen. Sin embargo, sí hay intención de mostrar problemas del país que no aparecen en los medios de comunicación. Para los personajes, tener que matar a sus ovejas es un desastre, es un impacto tan grande como las peores consecuencias de la crisis económica en otras personas.
“La cultura de las ovejas existirá en Islandia siempre, pero la industria, que era la principal del país, no”

LGI.- ¿Cómo ha sido la repercusión en Islandia?

GH.- Se han escrito ríos de tinta, porque ven la película muy política, aunque es un clásico en la literatura islandesa, las historias de gente que quiere vivir en su tierra.

LGI.- ¿No ha querido usted con su película también denunciar que cada vez nos alejamos más de la naturaleza?

GH.- La gente necesita la naturaleza, es un tema universal. Los que vivimos en grandes ciudades nos vamos a los parques porque lo necesitamos. Quería también hablar de lo especial que es la gente que vive en el campo, en medio de la naturaleza, porque hay mucha gente que los desprecia, que miran con desprecio a los granjeros. La división entre la gente de ciudad y la del campo es muy grande en todo el mundo.
“Quería hablar de lo especial que es la gente que vive en el campo, porque hay muchos que les  mira con desprecio”

LGI.- ¿Cuál es la situación del cine en Islandia?

GH.- El gobierno ha ido recortando fondos, después de la crisis recortó casi el 40%. Se hacen entre cuatro y cinco películas al año con algunas subvenciones y alguna otra película sin ayudas y de presupuesto muy bajo. Pero ahora hay una nueva generación de directores y este ha sido un año de éxito, con películas como Sparrow, que ganó San Sebastián. Somos una generación en la que somos diferentes, pero al no tener mucho dinero, todos contamos historias simples, del presente, no de época, sin demasiados efectos especiales…     Dirección: GRÍMUR HÁKONARSON. Guion: GRÍMUR HÁKONARSON. Producción: GRÍMAR JÓHNSSON. Fotografía: STURLA BRANDTH GRØVLEN. Montaje: KRISTJÁN LOÐMFJÖRÐ. Música: ATLI ÖRVARSSON. Reparto: SIGURÐUR SIGURJÓNSSON Y THEODÓR JÚLÍUSSON. Distribuidora: KARMA FILMS. Estreno: 13 de noviembre de 2015. Puedes comprar tu entrada aquí.

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