‘VIVIR DEPRISA, AMAR DESPACIO’ / Vincent Lacoste y Pierre Deladonchamps se alzaron con el Premio a la Mejor Interpretación en el Festival de Cine Europeo de Sevilla. www.cinesrenoir.com

Escrita y dirigida por Chritophe Honoré, Vivir deprisa, amar despacio es una hermosa historia de amor, de primer amor y último amor, ambientada en la década de los noventa y concebida como una especie de homenaje a tantas personas que sufrieron los peores años de la epidemia del SIDA.

Los actores principales, Vincent Lacoste y Pierre Deladonchamps, que interpretan a Arthur y Jacques, se alzaron en el Festival de Cine Europeo de Sevilla con el Premio a la Mejor Interpretación por su trabajo en el filme. En el reparto artístico les acompañan, entre otros, Denis Podalydés, Clément Métayer y Adéle Wismer.

“Es un comienzo en la vida y un final en la vida a través de una sola historia de amor, la de un joven optimista y un hombre un poco mayor”

La historia se desarrolla en el año 1990. Arthur es un joven estudiante de veinte años que vive en Rennes. Su vida cambia el día que conoce a Jacques, un escritor que vive en París con su joven hijo. Durante el verano, Arthur y Jacques viven una historia de amor. Pero Jacques sabe que este amor lo tiene que vivir rápidamente.

“Pertenezco a un grupo de artistas y personas homosexuales para quienes abordar el tema del SIDA es particularmente delicado y complicado. Era necesario para las víctimas del SIDA hablar ante personas como yo, que fueron testigos pero no víctimas y pudieron hablar. Por lo tanto, había una brecha, fue un momento necesario antes de que estuviera listo para pronunciarme”, dice el director.

“El tema de la película está en los efectos contrarios del amor. Más que una historia de amor imposible, es sobre una vida imposible”

Vivir deprisa, amar despacio es una película que cuenta un primer amor y un último amor, “un comienzo en la vida y un final en la vida a través de una sola historia de amor, la de un joven optimista, Arthur, y un hombre un poco mayor, Jacques. La película tiene como objetivo combinar estos sentimientos: ímpetu y renuncia”.

“Para Jacques las cosas se aceleran con la idea de que su enfermedad, el SIDA, lo hace incapaz para este amor y no puede experimentarlo –añade Honoré-. Creo que el tema real de la película está allí, en los efectos contrarios del amor. Más que una historia de amor imposible, esta es una película sobre una vida imposible”.