‘DIVINO AMOR’ / Gabriel Mascaro hace una reflexión sobre la corriente ultraconservadora del mundo de hoy desde la vida de una mujer profundamente religiosa y conservadora. www.cinesrenoir.com

“Cuando se habla de Brasil, se suele pensar en un país liberal y unido en el que las festividades anuales del carnaval ensalzan la diversidad y la cordialidad del país. Pero la verdad es que, estos últimos años, el país ha sufrido una fuerte transformación cultural, social y política de la mano de poderosas fuerzas ultraconservadoras apoyadas por los medios de comunicación”, afirma el cineasta Gabriel Mascaro.

Ante esta nueva realidad, el director ha querido profundizar en ello, pero ha buscado el camino más difícil para hacerlo. “En vez de contar la historia de un personaje que lucha contra ese movimiento conservador, una estrategia probablemente más sencilla para mí, quería asumir el reto de hacer lo contrario: contar la historia de una mujer consumida por la voluntad de avanzar radicalmente hacia sus objetivos religiosos y conservadores de un modo muy personal”.

“Entre las diferencias que nos separan, podemos encontrar aberturas, fisuras, puntos de contacto entre nosotros”

Divino amor, ambientada en el año 2007, en Brasil, es la historia de Joana. En un país donde las raves celebran el amor celestial y las consultas espirituales se han convertido en norma, esta mujer mantiene su relación con Dios como el aspecto más importante y predominante de su vida.

Joana utiliza su trabajo como notaria para que las parejas que soliciten el divorcio reconsideren su posición, además de participar como miembro en un grupo poco convencional de religiosos que la ayudan a mantener su matrimonio a flote. Aunque tanto ella como su marido tienen problemas para lograr traer un niño al mundo, el esfuerzo que conlleva esta tarea les acercará aún más a la gracia de Dios.

Si se ha abierto una brecha en la sociedad como consecuencia del odio y la falta de empatía, el cine es un espacio en el que podemos fantasear sobre encuentros improbables”

“Me interesa crear personajes que tienen valores diferentes a los míos, porque considero que, entre las diferencias que nos separan, podemos encontrar aberturas, fisuras, puntos de contacto entre nosotros”, dice el cineasta, que intenta en esta historia encontrar sus propios vínculos con el personaje.

“Quería hacer una película muy humana –añade-, como un modo de acercarme a un personaje que, a priori, me daría rechazo. Si se ha abierto una brecha en la sociedad como consecuencia del odio y la falta de empatía, el cine es un espacio en el que podemos fantasear sobre encuentros improbables”.

Dirección: GABRIEL MASCARO. Guion: ESDRAS BEZERRA, RACHEL ELLIS, GABRIEL MASCARO Y LUCAS PARAIZO. Producción: RACHEL DAISY ELLIS. Fotografía: DIEGO GARCÍA. Montaje: LIVIA SERPA, EDUARDO SERRANO, FERNANDO EPSTEIN Y GEORGE CRAGG. Música: JUAN CAMPODÓNICO, SANTIAGO MARRERO Y OCTÁVIO SANTOS. Reparto: DIRA PAES, JULIO MACHADO, TECA PEREIRA, SUZY LOPES, THARDELLY LIMA, GABRIEL MASCARO. Distribuidora: FESTIVAL FILMS. Estreno: 26 de junio de 2020.

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