Fernando Guzzoni se pregunta en Carne de perro cómo es la vida de los que fueron torturadores en la dictadura de Pinochet. Y lo hace a través de la historia de uno de ellos. La tortura y los torturadores son tema y personajes recurrentes en el cine, donde cineastas de todo el mundo y todas las épocas intentan comprender tan siniestro y brutal comportamiento. Recientemente, Michael Winterbottom denunció las torturas que se llevan a cabo en Guantánamo en Camino a Guantánamo¸ mientras que Kathryn Bigelow muestra las torturas infligidas por agentes de EE.UU. para descubrir el paradero de Bin Laden en La noche más oscura.

‘El crimen de Cuenca’, Pilar Miró (1979)

Amparo Soler Leal, Héctor Alterio y Fernando Rey protagonizaban esta película, inspirada en hechos reales, y en la que se mostraba la realidad judicial de España a comienzos del siglo pasado. Dos hombres son acusados del asesinato de un pastor del que se ha denunciado su desaparición, tras ser torturados, los dos acusados confiesan el crimen, sin que el cadáver haya aparecido. Después de cumplir una condena de once años y cuando llevan dos en la calle, se descubre que el presunto asesinado está vivo.

‘Tras el cristal’, Agustí Villaronga (1987)

El cineasta catalán reflexionaba acerca de la fascinación del mal a través de esta historia, la de un ex torturador nazi que, tras un intento de suicido, se ve obligado a vivir en un pulmón de acero. Entonces aparece en su vida un joven que se ofrece a cuidarlo y con el que surge una relación bastante sórdida. David Sust y Günter Meisner eran los protagonistas.

‘La muerte y la doncella’, Roman Polanski (1994)

Sigourney Weaver y Ben Kingsley eran víctima y verdugo en esta película de Roman Polanski, rodada sobre una obra de Ariel Dorfman. Es la historia de un encuentro inesperado y terrible, el de una mujer con el hombre que la torturó durante la dictadura quince años antes. Stuart Wilson completaba el reparto.

‘Garage Olimpo’, Merco Bechis (1999)

Antonella Costa y Carlos Echevarría son los rostros de una historia que Argentina consideró necesaria y que fue aplaudida por una gran mayoría. Es la de esta película, donde se narran la represión, la tortura y las desapariciones ejercidas por la dictadura argentina de Jorge Videla a través del personaje de  María. Ella es una chica que se dedica a la alfabetización de adultos marginados y a la que detiene la policía. Conducida a un lugar (el Garage Olimpo) en apariencia destinado a la reparación de coches, allí se encuentra con Félix (a quien su madre tiene alquilada una habitación) y conoce su oficio: torturador.