‘EL CAPITÁN’ / El cineasta alemán Robert Schwentke retrata la brutalidad humana y disecciona sus motivos en esta película, una historia inspirada en un caso real protagonizada por Max Hubacher. www.cinesrenoir.com

Willi Herold ha pasado a la historia con el siniestro nombre de ‘el verdugo de Emsland’. La sangrienta carrera que le valió el apodo ha sido la inspiración para la nueva película del guionista y director alemán Robert Schwentke, que con esta película hace una profunda y muy directa reflexión acerca de la moral del horror.

Protagonizada por el actor Max Hubacher, la película se desarrolla al final de la II Guerra Mundial, con la ya inevitable caída del III Reich. Will Herold es entonces un soldado de diecinueve años que, andrajoso y hambriento, encuentra un uniforme de un capitán de la  Luftwaffe y lo roba.

“Los actos cometidos en la II Guerra Mundial parecen anormales, psicopáticos y terroríficos. Pero el horror es algo moral”

Ahí comienzan las andanzas asesinas del personaje. Haciéndose pasar por oficial, va reuniendo a un grupo de desertores con los que empieza a matar y a saquear allí por donde pasan. Su último capítulo tiene lugar en un campo de prisioneros de guerra, donde para evitar ser descubierto e incapaz de detener su obsesión homicida, se embarca en una serie de ejecuciones salvajes.

Premio a la Mejor Fotografía en la pasada edición del Festival de Cine de San Sebastián, la película, que participó en el Festival de Cine Alemán de Madrid, cuenta en el reparto, además de con el actor protagonista, con la participación de Milan Peschel, Fredericj Lau y Bern Hölscher.

“Para poder explicar las acciones de Willi Herold, debemos comprender el mundo en el que vivió, experimentar el mundo desde su punto de vista”

“Casi 70 años después de los hechos, las brutalidades de la Segunda Guerra Mundial suscitan todavía incomprensión y consternación. Para los estándares contemporáneos, los actos cometidos parecen anormales, psicopáticos y terroríficos. Pero el horror es algo moral.

No se trata de un concepto analítico”, dice el cineasta. “Para poder explicar las acciones de Willi Herold, debemos comprender el mundo en el que vivió –continúa el director-. Debemos ir más allá de las respuestas estrictamente morales y experimentar el mundo desde su punto de vista. No de una forma moral sino viendo lo que él vivió y sintiendo lo que él sintió”.