‘LA BAILARINA’ / Stéphanie Di Giusto debuta en la dirección con la vida de Loïe Fuller, una joven del Oeste americano que llegó a bailar en la Ópera de París. Gran innovadora de la danza, la historia se ha olvidado de ella. www.cinesrenoir.com

  Loïe Fuller, una joven criada con su padre en el salvaje Oeste americano, siempre tuvo talento creativo o, al menos, una inclinación clarísima hacia alguna forma de interpretación. Tras vivir un tiempo, después de la muerte de su progenitor, en la ciudad con su madre, una mujer de rígidas costumbres religiosas, decidió emprender la aventura artística. Un gran esfuerzo y mucho tesón la llevaron a convertirse en una innovadora y sorprendente bailarina que fue la estrella de los cabarets de la Belle Époque. Llegó a bailar en la Ópera de París. El encuentro con Isadora Duncan precipitó su caída. La bailarina es la ópera prima de Stéphanie Di Giusto, que investigó mucho acerca de la figura de Loïe Fuller, una gran artista, importante en la renovación de la danza mundial y que, sin embargo, había sido completamente olvidada por la historia. La actriz y compositora Soko es la protagonista. Le acompañan Mélanie Thierry, Lily-Rose Depp y Gaspard Ulliel.

LA GRAN ILUSIÓN.- Cuando conoció la historia de Loïe Fuller ¿pensó en la injusticia de que hubiera sido silenciada?

STÉPHANIE DI GIUSTO.- Sí. Era injusto. Fue una vanguardista, precursora y una gran estrella y al final fue olvidada por todo el mundo. Para mí era importante rehabilitar su arte y mostrar su fuerza de carácter. Todavía hoy está enterrada en el mismo cementerio que Isadora Duncan, las dos tumbas una al lado de otra. La de Duncan tiene una placa con letras de oro y la de Fuller era un nicho con una placa con un número que hoy no tiene ni placa.

LGI.- Al enfrentar a las dos artistas, ¿enfrenta en la película el trabajo y el talento natural?

SDG.- De algún modo. Pero es que esa es la injusticia de la vida, Fuller sabe que para su arte necesita artificios, efectos especiales… mientras que Duncan solo bailaba. Loïe Fuller, además, se escondía detrás de un velo, se defendía de lo que no podía ser. Después de conocer a Isadora Duncan ya no volvió a bailar.

“Fue una vanguardista, una precursora y una gran estrella y al final fue olvidada por todo el mundo”

LGI.- ¿El tesón de este personaje la inspiró para lanzarse a la aventura de dirigir?

SDG.- Sin duda. Siempre me ha gustado el cine, me ha apasionado, pero no me atrevía a hacerlo. Cuando vi una foto de un espectáculo de Loïe Fuller, con sus velos, una silueta de mujer debajo, quise saber quién era. Al conocer a esta mujer, con su carácter y su esfuerzo, tuve el valor para hacer esta película.

LGI.- O sea que ¿con el trabajo se consigue lo que se pretenda?

SDG.- Creo que sí. Lo que te apasiona lo puedes llegar a hacer con trabajo, la voluntad no es suficiente. Fuller tuvo siempre instinto por lo bello, conseguía verlo donde otros no lo encontraban. Exploró cosas que otros no habían tocado antes. Hay en ella un talento, un instinto, pero hay muchísimo trabajo. De todos modos, la fe consigue muchas cosas.

“Fuller tenía instinto por lo bello, conseguía verlo donde otros no lo encontraban, por eso exploró territorio nuevos”

LGI.- No existían coreografías de ella, ¿cómo las creó para la película?

SDG.- Hay vídeos en internet de una imitadora, a ella nunca la filmaron. Era amiga de Edison y él se lo pidió varias veces, pero ella se negó. No quería que la encerraran en una cajita de madera. Así que reconstruir su espectáculo era un reto. Lo he hecho gracias a escritos, dibujos, diseños…

LGI.- Hay en la película algo de la liberación del individuo a través del arte…

SDG.- Sí, en el caso de Fuller es una contradicción porque ella vivió mucho sufrimiento físico para conseguir lo que hacía, pero también llegó a ese momento en que consiguió envolverse en sí misma y olvidarse de su envoltorio personal.

“No estoy segura de que Loïe Fuller fuera posible hoy. Desde luego, sería mucho más complicado que en su época”

LGI.- Es, otra vez, la dualidad, ¿ahora entre fuerza y fragilidad?

SDG.- Y es muy interesante esta dualidad, y para mí fue complicado representarla, porque tenía que transmitir el sufrimiento de la danza y al mismo tiempo la poesía y la gracia que contenía.

LGI.- ¿Sigue vivo dentro de usted el espíritu de Loïe Fuller?

SDG.- Sí y espero que no me abandone. Ahora tengo dos proyectos en la cabeza, uno, más loco aún que éste. Uno es de época y el otro es más sencillo. Estoy trabajando en los dos en paralelo. Lo de las historias de época me fascina porque ahora estamos viviendo un momento muy reaccionario y, por ejemplo, la Belle Époque fue mucho más valiente y libre.

LGI.- ¿Loïe Fuller sería posible hoy?

SDG.- No estoy segura. Sería mucho más complicado todavía que en su tiempo, pero ha habido un productor que me ha permitido hacer esta película, así que…   Dirección: STÉPHANIE DI GIUSTO. Guion: STÉPHANIE DI GIUSTO, GIOVANNI LISTA Y SARAH THIBAU. Producción: ALAIN ATTAL. Fotografía: BENOÎT DEBIE. Montaje: GÉRALDINE MANGENOT. Reparto: SOKO, MÉLANIE THIERRY, LILY-ROSE DEPP, GASPARD ULLIEL, FRANÇOIS DAMIENS, AMANDA PLUMMER. Distribuidora: VÉRTIGO FILMS. Estreno: 4 de noviembre de 2016. Puedes comprar tu entrada aquí.