‘MADAME HYDE’ / Isabelle Huppert se convierte en una especie de Doctor Jekyll y Mr. Hyde en esta comedia de Serge Bozon que reflexiona sobre la educación. www.cinesrenoir.com

Isabelle Huppert es una mujer seria, de gesto a menudo agrio, que, con absoluta tranquilidad y gracias a su portentoso dominio de la interpretación, se transforma en todo lo contrario. Ahora, el director Serge Bozon ha sabido aprovechar el talento de la actriz para jugar con ella a una especie de Jekyll y Hyde de Francia hoy.

Madame Hyde, narrada en tono de comedia, es una película que reflexiona sobre la educación, o más concretamente, sobre la dificultad de transmitir conocimientos y que hace este recorrido a través de este personaje desdoblado, en el que esta genial intérprete pasa por diferentes territorios de la comedia brillantísimamente.

“El relato de Stevenson me permite lidiar con la situación actual de las escuelas, sus dificultades y sus esperanzas”

Huppert interpreta aquí a Madame Géquil, una excéntrica profesora que se ha ganado a pulso el desprecio tanto de sus compañeros de trabajo como de sus alumnos. Una noche de tormenta, un rayo la alcanza y pierde el conocimiento; cuando recobra el sentido, Madame Géquil se siente completamente cambiada... Pero, ¿podrá controlar a la poderosa y amenazadora Madame Hyde que habita en su interior?

Con guion escrito por el director junto con Axelle Ropert, inspirándose libremente en la novela de R.L.Stevenson, la película cuenta en el reparto también con intérpretes como Romain Duris, en el papel del director del centro donde trabaja la protagonista; José García, interpretando a su marido, y Adda Senani, como Malik.

“Pedí a Isabelle Huppert que interpretara a alguien que es débil, reservado, triste, asustadizo, pusilánime, que vive a la sombra de su fracaso”

“El relato de Stevenson me permite lidiar con la situación actual de las escuelas, sus dificultades y sus esperanzas. De hecho, he construido el guion en estrecha colaboración con profesores y también me he servido de mi propia experiencia como uno, habiendo impartido clases en institutos de la periferia de París", explica el cineasta.

La petición que éste le hizo a la actriz fue la de que aquí “interpretara a alguien que es débil, reservado, triste, asustadizo, pusilánime, que vive a la sombra de su permanente fracaso desde hace ya mucho, y ver una transformación gradual para llegar, por fin, a ser alguien capaz de enseñar algo a otro, pues se trata de una película sobre la educación”.