‘INMERSIÓN’ / El cineasta alemán Wim Wenders retrata un mundo a punto de perecer, pero apuesta por los seres humanos comprometidos con la solución de los problemas del planeta. www.cinesrenoir.com

Inmersión, la nueva película de ficción del cineasta alemán Wim Wenders, fue el título de inauguración de la pasada edición del Festival de Cine de San Sebastián. En ella, el director apuesta por las personas comprometidas con los problemas que nos amenazan y ve en ellos la esperanza de la humanidad y del maltratado planeta.

Inspirada en la novela de J. M. Ledgard y con guion de Erin Dignam, la película presenta dos personajes y los reúne en una historia de amor. Ella es Danielle Flinders, una biomatemática que trabaja en un proyecto de inmersión a grandes profundidades con el que respaldar su teoría sobre el origen de la vida en nuestro planeta. Él es James Moore, un agente de los servicios secretos británicos que se prepara para una peligrosa misión en Somalia.

“Mi única forma posible de abordar los personajes de los terroristas era verlos como personas, como personas que creían en algo"

Ambos se conocen y enamoran en un hotel de Normandía, donde descansan y se preparan antes de partir hacia sus objetivos. James es secuestrado por yihadistas y no tiene forma de ponerse en contacto con Danny, que tendrá que descender en su sumergible hasta el fondo del mar, sin saber siquiera si James sigue vivo.

Alicia Vikander y James McAvoy son los intérpretes principales de esta película, en la que el director ha contado también con la participación de Alexander Siddig, Reda Kated y Celyn Jones en el reparto de esta historia que reflexiona sobre la situación del planeta y sobre la amenaza terrorista en el mundo.

“El único diálogo que hay hoy con los terroristas yihadistas es tratar de borrarlos del mapa a base de bombardearlos”

Y fueron justamente los terroristas yihadistas uno de los elementos que más preocuparon al cineasta. “Pensé que, si en nuestra historia teníamos a esos extremistas y a esos yihadistas, mi única forma posible de abordarlos era verlos como personas, más concretamente como personas que creían en algo. E incluso si me resultaba imposible compartir esas creencias, lo intenté”.

“Me pareció interesante tomarlos en serio. Me parece necesario tomarlos en serio. Y sé que ahora mismo no hay ningún tipo de diálogo con ellos. El único diálogo es tratar de borrarlos del mapa a base de bombardearlos –dice Wenders-. Pero pensé que tenía que haber algo detrás de eso para que, si una persona como nuestro personaje, James, se pusiera en contacto con ellos y tuviera ocasión de conocerlos de verdad, querría saber más de ellos”.