‘CONOCIENDO A ASTRID’ / La directora Pernille Fischer Christensen narra los años esenciales en la vida de Astrid Lindgren, creadora de Pippi Calzaslargas y gran inspiradora de miles de mujeres. www.cinesrenoir.com

Astrid Lindgren tendría todo el mérito del mundo solamente por haber creado a la vital, divertida y rebelde Pippi Calzaslargas, pero aunque en España su nombre no se conozca más allá de eso, esta mujer es muchísimo más. Es un nombre de referencia del feminismo y de la defensa de los más débiles, sobre todo los niños.

Lindgren es también una poderosa voz a favor de los animales y en contra del maltrato y en su país, Suecia, existe incluso una ley referida a ello conseguida gracias a su tesón. Todo esto además de las obras literarias infantiles que creó y que siguen siendo tan revolucionarias e inspiradoras que cuando las escribió.

Ahora, la cineasta danesa Pernille Fischer Christensen ha hecho esta película, Conociendo a Astrid,  sobre unos años que fueron esenciales en el desarrollo vital de esta mujer y que afianzaron sus convicción y su forma de vida. De aquella época nacieron no sólo Pippi y otros personajes, sino también su firme idea de la tolerancia y la independencia de la mujer.

Protagonizada por una brillante Alba August, hija de Bille y Pernille August, la historia se desarrolla cuando Astrid era muy joven. Entonces sucedió algo que la afectó profundamente, y esa combinación de milagro y desgracia acabaron moldeando su vida. Astrid se enamoró de un hombre casado y tuvo un hijo con él.

Lo que sigue de este relato es mejor no desvelarlo, pero los acontecimientos siguientes, productos de la férrea personalidad y libertad de Astrid Lindgren la convirtieron en una de las mujeres más inspiradoras de nuestra época y en una narradora popular en todo el mundo. A pesar de los condicionamientos de su época y de una educación religiosa, decidió romper con las normas de la sociedad y obedecer sólo a su corazón.

“Fuiste la primera persona que me hizo reflexionar en mi propia existencia”, confiesa la directora Pernille Fischer Christensen en una carta que escribe a Astrid Lindgren y en la que recuerda cómo pasó “gran parte de mi infancia en los bosques de Småland. Era una vida sencilla. Sin electricidad ni agua caliente, sin inodoro, sin teléfono ni televisión. Sin otros niños. Solía aburrirme y estaba muchas veces sola. Por suerte, fui capaz de sumergirme en los libros. Tus libros”.