‘EL ÁNGEL’ / Luis Ortega explora la atracción por la delincuencia a través de la historia de Carlos Eduardo Robledo Puig, uno de los criminales más conocidos de la historia reciente de Argentina. www.cinesrenoir.com

Estrenada en el Festival de Cannes en Un Certain Regard, tras su paso por la Sección Perlas del Festival de San Sebastián y avalada por un éxito colosal en los cines argentinos y por su selección para competir por el Oscar a la Mejor Película de Habla no Inglesa, llega a España El ángel, película de Luis Ortega, con la que el director explora la atracción por la delincuencia desde la historia de Carlos Eduardo Robledo Puig, uno de los criminales más conocidos de la historia reciente de aquel país.

Inquietante y turbadora, la película está ambientada en la década de los 70, en que se desarrolló la vida de robos, mentiras y asesinatos que llevó a cabo este hombre, conocido como ‘el ángel negro’. Hoy está en prisión cumpliendo una pena que no le permitirá salir de su encierro en vida.

“Carlitos actúa como una estrella de cine. Como si creyera que lo están filmando. Quiere impresionar a Dios”

Con la impresionante interpretación del joven actor Lorenzo Ferro, que debuta en esta película, la historia va avanzando al ritmo de una banda sonora a tono con las intenciones de la película y con el espíritu del personaje. “Carlitos actúa como una estrella de cine. Como si creyera que lo están filmando”, explica el director.

Con un rostro angelical, unos rizos dorados y cara de niño, Carlos ha llegado a la adolescencia y ha descubierto su auténtica vocación, quiere ser ladrón. Le encanta colarse en las casas ajenas, poner música a todo volumen y bailar en esos inmensos salones. Luego se lleva algo y vuelve a su casa con sus padres.

“Carlitos percibe que todo es una puesta en escena, que ni siquiera la muerte es real. Camina como él imagina que camina una leyenda”

En la escuela conoce a Ramón, hijo de una familia de delincuentes y con ellos se dispone a preparar su próximo golpe. Será el inicio de una carrera delictiva mucho más seria, a la que se entrega con entusiasmo. Robos, mentiras y asesinatos que le convertirán en el criminal más conocido del país. Mató a once personas por la espalda o mientras dormían.

“Carlitos quiere impresionar a Dios, llamar su atención –añade Luis Ortega-. Percibe que todo es una puesta en escena, que ni siquiera la muerte es real. Camina como él imagina que camina una leyenda, roba como un bailarín y desprecia la naturaleza por una sospecha prematura de que todo destino es una emboscada”.