Diego Lerman firma una película absolutamente necesaria en la que denuncia la violencia de género y desde la que pide una reflexión. Presentado en los festivales de Cannes y San Sebastián, Refugiado es un ejercicio de buen cine, un relato estéticamente elegante, cargado de suspense y con unas magníficas interpretaciones, además de con un altísimo compromiso social. Puntos, todos ellos, en los que la crítica es absolutamente unánime.

"Un conmovedor registro sobre el miedo (el terror) que genera el abuso físico y moral, pero lo hace sin caer jamás en golpes bajos ni excesos explícitos”. (DIEGO BATLLE / La Nación) “(…) la película es modélica, y refleja las dudas, miedos, pasos y la resolución final de cortar por lo sano, con pequeños detalles, sin grandes aspavientos o momentos solemnes, un menos es más que combina la elegancia (una cámara al hombro que no está reñida con una concepción del encuadre preciosista) con la emoción, sin caer en ningún momento en la sensiblería ni los subrayados innecesarios”. (XAVI SÁNCHEZ PONS / Sensacine) "Triste sin llegar a ser empalagoso, se trata de un sólido drama de tema social". (LESLIE FELPERIN / The Hollywood Reporter) “Un drama realista constantemente absorbente”. (JUSTIN CHANG / Variety) "La violencia machista y sus daños colaterales vuelven a la gran pantalla con mirada limpia". (JAVIER CORTIJO / Cinemania) "Es un preciso diagnóstico sobre la violencia machista más allá del hogar". (MIRITO TORREIRO / Fotogramas) “Refugiado se cimienta en Julieta Díaz y en Molinaro, pero no es sólo una película de actuaciones, sino que éstas están bien en servicio del relato. Lerman ha ganado en adultez, y su futuro sigue siendo portentoso". (PABLO O. SCHOLZ  / Clarín)