Sergi López es el único actor profesional de esta película, un trabajo en el que le acompaña el pequeño Bruno Núñez, debutante, y un grupo de raveros -Stefania Gadda, Joshua Liam Henderson, Richard ‘Bigui’ Bellamy…-, personajes reunidos en el desierto de Marruecos.

Hasta allí llegan un hombre y su hijo, aparecen en una rave perdida en medio de las montañas del sur de Marruecos buscando a su hija y hermana, desaparecida hace meses en una de esas fiestas sin amanecer. Reparten su foto una y otra vez rodeados de música electrónica y un tipo de libertad que desconocen. Allí deciden seguir a un grupo de raveros en la búsqueda de una última fiesta que se celebrará en el desierto, donde esperan encontrar a la joven desaparecida.

La vida y la muerte se encuentran en esta película, inspirada en el Puente Sirât, que en la tradición islámica separa el infierno del cielo, donde el alma se encuentra con su verdadera naturaleza.

La película se alzó con el Premio del Jurado en el Festival de Cannes, donde Oliver Laxe ha conquistado, uno tras otro, todos los galardones de las secciones por las que ha pasado con sus anteriores trabajos. En el certamen, las críticas fueron extraordinarias. Jessica Kiang, de Variety, calificó el filme como una “visión brillantemente extraña y de culto de la psicología humana puesta a prueba hasta sus límites, que desafía todas las leyes conocidas de la narrativa y el género”.