Jueves, 02 Mayo 2024
Club Renoir Noticias

‘Bonnie & Clyde’ vuelve al cine en un pase único para socios del Club Renoir

El jueves 8 de mayo, en los Cines Princesa de Madrid y Renoir Floridablanca de Barcelona, a las 22,00 h., gracias a la colaboración del canal TCM con el Club Renoir

•De nuevo, en pantalla grande, Bonnie & Clyde. Para muchos norteamericanos Bonnie y Clyde eran unos nuevos “Romeo y Julieta” justicieros, unos “Robin Hood” modernos que robaban a los ricos y repartían el dinero entre los más necesitados en un país herido por la “Gran Depresión”

•Las entradas son gratuitas y se repartirán en un sorteo para socios del Club Renoir, a través de www.cinesrenoir.com/club/eventos. También los espectadores de TCM podrán conseguir las entradas a través del concurso que se anunciará en www.canaltcm.com y sus redes sociales.

 

Warren Beatty fue el verdadero impulsor del proyecto. Quería hacer un film que fuera muy diferente al cine que, por entonces, se hacía en Hollywood. Pretendía que la película siguiera la estela marcada por la “Nouvelle Vague” francesa. Tal era su empeño que llegó a ofrecer el guión a Françoise Truffaut primero y a Jean Luc Godard después. Cuando no fue posible contar con ninguno de estos dos realizadores, los productores contrataron a Arthur Penn, un director que había triunfado con títulos como El zurdo, El milagro de Ana Sullivan o La jauría humana.   Aunque actrices como Natalie Wood, Cher e incluso Jane Fonda sonaron para hacer de Bonnie Parker, finalmente fue Faye Dunaway, entonces casi una desconocida, la que se hizo con el papel. Tanto el director Arthur Penn como Warren Beatty querían un reparto formado por rostros nuevos, muchos de ellos provenían de la escena neoyorquina como Gene Hackman o Gene Wilder.   Bonnie and Clyde fue uno de los títulos que contribuyeron decisivamente a cambiar la industria del cine americano en la década de los sesenta. La película fue innovadora en el tratamiento de la violencia. También levantó muchas ampollas el, para la época, alto contenido sexual que incluía. “La Liga de la Decencia Católica” diseccionó la cinta plano a plano para comprobar, por ejemplo, que Faye Dunaway llevaba ropa interior y que en las escenas no se mostraba nada que no estuviera permitido.   Cuando se estrenó el film en Estados Unidos, en agosto de 1967, las críticas fueron demoledoras pero los espectadores acudieron en masa a los cines, en especial los jóvenes. La industria y la prensa acabaron asumiéndolo. El público había cambiado y las personalidades de Bonnie y Clyde conectaban con una nueva generación. Eran una pareja rebelde, ácrata y contestataria que se enfrentaba al poder establecido de una forma alegre y desenfadada, como ocurría entonces con los universitarios que desafiaban a las autoridades.   Han pasado casi cinco décadas desde su puesta de largo y Bonnie and Clyde sigue manteniendo toda su frescura. Los dos célebres proscritos parecen más unas estrellas del espectáculo, preocupados por la fama y lo que dicen de ellos los medios de comunicación, que unos peligrosos bandidos. Y la escena de su muerte, con un precioso cruce de miradas antes de que decenas de balas les acribillen, sigue dejando en los espectadores un profundo regusto amargo unido a una honda satisfacción que solo transmite el gran cine.  

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