‘MATAR A DIOS’ / Albert Pintó y Caye Casas ganaron el Gran Premio del Público en el Festival de Sitges con su ópera prima, una comedia negrísima sobre el mundo y la familia. www.cinesrenoir.com

 

El actor Emilio Gavira no se había visto en una de éstas nunca antes en toda su carrera. Convertido en Dios, ¿o no?, es el personaje de la desdicha, el que prende la cizaña en la ópera prima de Albert Pintó y Caye Casas, Matar a Dios, una comedia negrísima con la que los directores ganaron nada menos que el Gran Premio del Público en el Festival de Sitges.

Eduardo Antuña, Itziar Castro, Boris Ruiz y Francesc Orella son los otros cuatro cómplices de estos directores y guionistas que ponen a sus ‘criaturas’ en una situación límite y, de paso, invitan a los espectadores a participar de ella desde la butaca. Contra la espada y la pared, les presiona para que contesten a quién salvarían si la especie humana fuera a desaparecer.

“Esa pregunta creó debate y polémica (y alguna pelea entre parejas). Se dieron cuenta de que había una buena historia”

La historia de esta comedia comienza con una discusión agria, pero divertida, de un matrimonio, el de Carlos y Ana, mientras ella prepara la cena de final de año. Han ido a una cabaña en mitad del bosque donde esperan la llegada de la familia de él, su padre y su hermano.

Cuando están ya todos reunidos y con un mal rollo evidente invadiendo el reencuentro se dan cuenta de que alguien ha entrado en la casa. Se trata de un misterioso vagabundo que dice que es Dios y que les advierte de que va a exterminar a la raza humana, pero ellos podrán elegir a las dos únicas personas del planeta que se salvarán.

“El rodaje fue un infierno y un milagro a la vez. Pasaron cosas curiosas, como que nos quedamos sin dos de los protagonistas a un mes de rodar”

La idea de la película apareció una noche de copas en las que los directores, por lo visto amantes de hacer preguntas “chorras” todo el rato, plantearon a sus amigos la cuestión que ahora han llevado al cine. ? “Esa pregunta creó debate y polémica (y alguna pelea entre parejas). Se dieron cuenta de que había una buena historia y escribieron el guion con mucho humor negro y surrealismo, lo que para ellos es su ‘marca de la casa’, y es que elegir un nuevo Adán y Eva es bastante jodido”.

“El rodaje fue un infierno y un milagro a la vez. Pasaron cosas curiosas”, como que se quedaron sin dos de los protagonistas a un mes de rodar, uno de los inversores también les dejó tirados y para colmo, durante la preproducción de la peli rodaron el corto (R.I.P.) con el mismo equipo, “un lío”.