Vicky Knights es una enfermera de un barrio de los suburbios de Londres. En 2019 debutó como actriz con la directora y guionista Sacha Polak, en Dirty God, una ficción en la que ambas mujeres se llegaron a conocer bastante bien y de la que nació el deseo de repetir en el cine juntas.

La cineasta tuvo claro entonces que esa segunda película sería una historia nacida de la vida real de su protagonista, una mujer hermosa, marcada por un trauma de infancia, un incendio del que han quedado cicatrices en su rostro y en una parte de su cuerpo.

“En Dirty God, las cicatrices de Vicky eran parte de la historia y ella dio mucho de sí misma exponiéndolas al mundo. Silver Haze no trata sobre las cicatrices de Vicky, sino que es una forma de dar vida a su propia historia personal”, explica Sacha Polak.

“Silver Haze juega con la realidad, pero también se aleja de ella. Charlotte y Vicky también son hermanas en la vida real, y hubo un incendio. Dar forma a la historia de Vicky me permitió entretejer la ficción con la realidad, con la esperanza de producir algo auténtico y convincente que estuviera a la altura de la increíble persona que es Vicky”.