‘LA INOCENCIA’ / La ópera prima de Lucía Alemany es una historia de iniciación y de cambio a la edad adulta inspirada en algunas experiencias propias. www.cinesrenoir.com

La ópera prima de Lucía Alemany, La inocencia, ha revelado no solo una nueva voz a tener en cuenta en el cine español, sino que además ha descubierto a la joven intérprete Carmen Arrufat, candidata al Goya a la Mejor Actriz Revelación en la nueva edición de los premios de la Academia.

Inspirada en algunas experiencias propias y en los recuerdos de una juventud vivida en un espacio parecido al de la ficción, la película de Alemany es una historia de iniciación, de paso a la edad adulta, de necesidad de escapar de un espacio que se le quedan muy pequeños a la protagonista.

“El sueño de Lis de hacer circo se conecta con su necesidad de escapar de un pueblo y una familia que la encierran en un mundo que no está de moda”

Los actores Laia Marull, Sergi López, Joel Bosqued y Sonia Almarcha acompañan a la intérprete principal en esta aventura ‘valenciana’ que narra la historia de Lis. La chica, una adolescente que sueña con convertirse en artista de circo, quiere salir de su pueblo, aunque sabe que para conseguirlo tendrá que pelearlo duramente con sus padres.

Es verano y Lis se pasa el día jugando en las calles del pueblo con sus amigas y tonteando con su novio, unos años mayor que ella. La falta de intimidad y el chismorreo constante de los vecinos obligan a Lis a llevar esa relación en secreto para que sus padres no se enteren. Pero ese verano idílico llega a su fin y, con el inicio del otoño, Lis descubre que está embarazada.

“Para mí era de vital importancia que ese ambiente y ese espacio que contiene la historia de Lis tuviera una personalidad propia y bien definida”

“El sueño de Lis de hacer circo se conecta con su necesidad de escapar de un pueblo y una familia que la encierran en un mundo que no está de moda. Un ambiente que se le queda pequeño, viejo y algo arcaico. Un espacio que no le ofrece la intimidad necesaria para desarrollarse, madurar y descubrir quién quiere ser”, explica la directora, también guionista junto a Laia Soler.

“Para mí –continúa la directora- era de vital importancia que ese ambiente y ese espacio que contiene la historia de Lis, tuviera una personalidad propia y bien definida, una personalidad parecida a la visión que tenía yo cuando me fui huyendo de un lugar que me destinaría a ser algo que yo no quería ser”.