Yad Vashem, la institución israelí creada en memoria de las víctimas del Holocausto, nombró a Irene Gut, católica, ‘Justa entre las Naciones’, por la labor que realizó para salvar a doce personas judías de una muerte a manos de los nazis.

Durante los días de la ocupación alemana, el comandante de la Wehrmacht Eduard Rügemer contrató a Irene Gut como trabajadora de la cocina de un hotel, en el que se servía habitualmente a los funcionarios nazis. Ella robaba comida de este lugar y la llevaba al gueto de Tarnopol.

Poco después, Gut comenzó también a trabajar como ama de llaves de la villa de Rügemer, en cuyo sótano escondió a doce judíos, a quienes consiguió salvar la vida. Con el avance de las tropas rusas y la huida de los alemanes, todos ellos salieron hacia el oeste de la Polonia ocupada y llegaron a un campo de personas desplazadas.

En aquel lugar, Irene Gut conoció a William Opdyke, trabajador de las Naciones Unidas, y con él emigró a Estados Unidos, donde se casaron muy poco tiempo después.

“Creo que Irene encandiló a todas las personas que interactuaron con ella. Cuando la conocí era ya una señora mayor, pero seguía teniendo ese particular sentido del humor. También tenía una gran personalidad, muy alegre y vivaracha. Era una mujer muy divertida. Pero cuando hablaba de todo lo que le había pasado, supongo que por una especie de síndrome postraumático, era como si se teletransportase y reviviera cada una de esas situaciones”, dice el guionista Dan Gordon.