‘LETO’ / Kirill Serebrennikov aboga por el verdadero valor de la libertad desde esta historia de rock’n’roll ambientada en la ciudad soviética de Leningrado en 1980. www.cinesrenoir.com

El cineasta ruso Kirill Serebrennikov acaba de ser liberado hace unos días del arresto domiciliario en el que ha permanecido durante un año y medio. Coincidiendo con tan buena noticia, llega a los cines su película más reciente, Leto, un alegato en favor del “verdadero valor de la libertad”.

Rodada en blanco y negro y en color, la película está ambientada en la ciudad soviética de Leningrado en 1980 y es una historia de rock’n’roll. En este lugar de la todavía Unión Soviética, un verano a comienzos de la década, todo bulle en el ambiente musical y la escena del rock está en pleno apogeo.

“Trata de la fe necesaria para sobreponerse al contexto social y de la actitud despreocupada de los héroes frente a la opresión heredada”

Viktor Tsoï, un joven músico que creció escuchando a Led Zeppelin, T-Rex y David Bowie, está tratando de hacerse un nombre en ese universo. El encuentro con su gran ídolo Mike y su esposa, la bella Natacha, cambiará su destino. Juntos construirán una leyenda como pioneros del rock ruso.

“Un triángulo amoroso formado por tres individuos muy diferentes bajo el telón de fondo de la extraña, a veces exótica, Unión Soviética. Todo esto en un ambiente muy hostil con el rock'n'roll y la cultura occidental, pero que terminó siendo el nido de una nueva ola de rock ruso”, escribió el cineasta a quien las autoridades rusas impidieron hacer declaraciones durante su arresto domiciliario.

“Esta película es para una generación que ve la libertad como una decisión personal, y como la única posible”

“La historia –continúa Kirill Serebrennikov- trata de la fe necesaria para sobreponerse al contexto social y de la actitud despreocupada de los héroes frente a la opresión heredada. Es, por encima de todo, la historia de un simple e inalterado amor, como una oda a estos futuros iconos del rock, a su forma de vida. Es la historia del último verano antes de la Peretroiska, antes de la transformación total hacia la Rusia contemporánea”.

El cineasta, que aseguró que podía muy fácilmente identificarse con los personajes de esta película, dijo poco antes del rodaje que la haría “para una generación que ve la libertad como una decisión personal, y como la única posible. Mi objetivo es capturar y destacar el verdadero valor de esta libertad”.