Ismael Álvarez se convirtió en 2002, tras una sentencia judicial, en el primer político español condenado por acoso sexual. La pena que se le impuso fue mínima, pero el caso adquirió una importancia extraordinaria, sobre todo, por la valentía y la determinación que demostró Nevenka Fernández al denunciarlo.

Cuando ocurrieron los hechos, la sociedad española estaba todavía unos cuantos pasos atrás respecto a hoy. Nadie entendía del todo bien qué era eso del acoso y la mayoría culpaba a Nevenka Fernández de lo que había ocurrido. Hoy, la película de Icíar Bollaín muestra muy claramente cuál es el proceso de un acoso y del abuso de poder.

Mireia Oriol y Urko Olazabal son los protagonistas de este drama inspirado en hechos reales, que se rodó sobre un guion escrito por la directora junto a Isa Campo, y que solo ha utilizado el material que se hizo público en el juicio contra Ismael Álvarez.