Un director de orquesta de prestigio internacional se entera de que es adoptado y que tiene un hermano menor que él. Éste toca el trombón en una pequeña banda de música. Todo parece diferenciarlos, excepto su amor por la música.

Es la historia de la nueva película de Emmanuel Courcol, que antes ya hizo El triunfo donde, como aquí, el arte era un elemento central del relato. Entonces era el teatro, ahora es la música, y es a partir de ella que el director avanza en su película.

“Abordo temas que me son muy queridos y que ya he tratado en mis películas anteriores, como los lazos fraternales, el azar y el determinismo social, y los reúno en una sola historia. Mi punto de partida fue una idea que tuve hace mucho tiempo, durante una consulta sobre una película que nunca vio la luz, ambientada en Tourcoing, en el mundo de las majorettes”, explica el director y guionista, que ha vuelto a trabajar con Irène Muscari en el guion.

“Conocí a Irène cuando trabajaba en El triunfo, mi anterior película. Trabajaba como coordinadora cultural en las cárceles del centro penitenciario de Meaux y me dio muy buenos consejos sobre el guion y la realización de la película. Tiene muy buen ojo para los detalles, las ideas fluyen entre nosotros y nos complementamos muy bien. Yo tengo el bagaje técnico, el sentido de la estructura general y del diálogo, mientras que ella tiene un enfoque muy afinado de la psicología de los personajes y de la interacción humana. Somos muy parecidos en cuanto a gustos y cinefilia. Al final, lo que empezó como un contrapunto se convirtió rápidamente en una escritura a cuatro manos”.