‘LA ODISEA DE LOS GILES’ / Ricardo Darín protagoniza y produce la nueva película de Sebastián Borensztein, una comedia amarga sobre las víctimas del corralito de 2001. www.cinesrenoir.com

En una pequeña localidad de la provincia de Buenos Aires, a finales de 2001, un grupo de amigos y vecinos decide reflotar una vieja cooperativa agrícola. Cada uno pone sus ahorros para levantar el proyecto, una idea en la que se ha empeñado de una manera muy especial Fermín Perlassi, una antigua estrella del fútbol local.

Muy poco tiempo después, descubren que sus ahorros se han perdido por una estafa realizada por un inescrupuloso abogado y un gerente de banco que contaban con información de lo que se iba a desencadenar en el país. Al enterarse de lo sucedido, este grupo de vecinos decide organizarse y armar un minucioso plan con el objetivo de recuperar lo que les pertenece.

Casi veinte años después de que millones de personas se quedaran sin sus ahorros en Argentina, el director Sebastián Borensztein lleva al cine la novela de Eduardo Sacheri y rinde homenaje a todas las víctimas de la gran estafa. Evitando repetir el dolor que aquellos hechos produjeron, el cineasta ha apostado por la comedia.

Ricardo Darín encabeza el reparto de esta película coral, en la que comparte cartel con el magnífico Luis Brandoni. En el equipo artístico de la película también se encuentra su hijo, Chino Darín, la actriz Verónica Llinás, y los intérpretes Daniel Aráoz, Carlos Belloso y Marco Antonio Caponi.

“La épica de un grupo de simples mortales que se enfrentan al poder es el eje de la historia. Ciertos pasajes se pueden asociar al neorrealismo italiano, tanto por las características de los personajes como por los avatares del relato, y este tono nos aísla de lo inverosímil y nos hace empatizar con la historia y sus personajes de forma inmediata”.

“No puedo decir que esta película sea una comedia porque cuando me tiento de pensarlo, aparecen la oscuridad y el drama en varios pasajes cruciales del relato –dice Borensztein-. En esos momentos puse el foco en alcanzar la mayor profundidad emocional posible, pero evitando el melodrama”.