La décima película de esta saga, El reino del planeta de los simios, vuelve a presentar a los simios como la especie dominante. Pero un líder tiránico pone en peligro la frágil armonía en que se vive ahora en el planeta. Mirar hacia el pasado y cuestionarse todo lo que ha venido después es uno de los viajes que debe hacer un joven simio, uno de los protagonistas del relato.

Los sagrados pergaminos de los simios que llegaron al cine en 1968 de la mano de Franklin J. Schaffner advertían muy claro: “Cuidado con la bestia Hombre, porque es el peón del diablo. Es el único entre los primates de Dios que mata por deporte, lujuria o avaricia. Sí, asesinará a su hermano para poseer la tierra de su hermano. No dejes que se reproduzca en gran número, porque convertirá su hogar y el tuyo en un desierto. Evítalo. Llévalo de regreso a su guarida en la jungla, porque él es el presagio de la muerte”.

Aquella película inauguraba una de las sagas de acción más querida por el público. Basado en la novela de Pierre Boulle, el filme estaba protagonizado por Charlton Heston, Roddy McDowall, Kim Hunter y Maurice Evans, y en él los simios, alertados por las mencionadas ‘escrituras’, dominaban el planeta y los humanos, que carecían de la capacidad de hablar, vivían esclavizados.

 La llegada de George Taylor y sus compañeros astronautas provocaba un terremoto que hacía tambalear algunas convicciones… y creaba parejas maravillosas:

George Taylor: “Doctora, me gustaría darle un beso de despedida”
Doctora Zira: ”Está bien, aunque eres muy feo”