La nueva película de Alberto Rodríguez, La isla mínima, una historia de cine negro ambientada a comienzos de la década de los ochenta, tiene un paisaje único, las impresionantes marismas del Guadalquivir. Unas imágenes de la gente de esa zona realizadas por el fotógrafo sevillano Atín Aya sirvieron como detonante del proyecto. Otras imágenes, en esta ocasión, las asombrosas fotografías aéreas tomadas por otro fotógrafo, el onubense Héctor Garrido (www.hectorgarrido.com), fueron una herramienta altamente inspiradora, tanto que aparecen en los créditos de la película.
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