Pierre Schoeller muestra, en El ejercicio del poder, la forma de trabajar hora a hora de un ministro de Transportes del gobierno francés. El cineasta retrata desde dentro a los políticos que lideran hoy Europa. En EE.UU., el genial Aaron Sorkin también desde las tripas de la bestia, en El ala oeste de la Casa Blanca, desmenuzaba el trabajo de los equipos presidenciales en su país. Hay en el cine más maneras de mirar a la política y los políticos.
‘Tempestad sobre Washington’, Otto Preminger (1962)
Henry Fonda, Charles Laughton, Gene Tierney, Don Murray… sirvieron a Otto preminger para deunciar la corrupción política en las altas esferas. Es la historia de Robert Leffingwell, candidato del presidente de EE.UU. para ocupar la secretaría de Estado, para lo que debe someterse antes a una investigación del Senado. Al frente del comité de investigación está Brig Anderson, un idealista que descubre que el candidato estuvo vinculado a una organización comunista.
‘Ciudadano Bob Roberts’, Tim Robbins (1992)
Director, guionista y protagonista, Tim Robbins contaba aquí la historia de un cantante folk que anunciaba su candidatura al Senado de EE.UU., pero detrás de la campaña electoral lo que se esconde es una trama con intereses económicos, racistas y militares. Más denuncia de la política y los políticos norteamericanos.
‘Il divo’, Paolo Sorrentino (2008)
Toni Servillo conquistó a los jurados de toda Europa con su interpretación de Giulio Andreotti en esta película desmesurada y maravillosa, con la que Paolo Sorrentino hacía el retrato de Giulio Andreotti (“no tengo vicios menores”) y de sus relaciones con la mafia, la masonería y la iglesia católica.
‘Love Actually’, Richard Curtis (2003)
Nada de críticas ni denuncias políticas en esta película, donde lo que había por todas partes era amor. Hugh Grant era el primer ministro británico y se enamoraba de un miembro de su gabinete a los pocos minutos de tomar posesión de su cargo. A su alrededor otros personajes también se enamoraban locamente.
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