El guion de Léa Domenach y Clémence Dargent convenció a la actriz Catherine Deneuve de que aceptase interpretar en esta ficción a Bernardette Chirac. La primera reacción fue rechazar el ofrecimiento, pensando que el filme sería un biopic convencional, pero el sentido histórico y el toque de humor rompieron sus reticencias.

“Luego mi encuentro con Léa, quien inmediatamente me hizo comprender que no se trataba ni de una adaptación precisa ni de parecernos realmente a Bernadette Chirac, sino sólo de estar en el espíritu del personaje. Esta lectura y este encuentro cambiaron las cosas”, confiesa la actriz.

“Conocía, como todos, su sentido político, sabía que su marido la escuchaba poco, casi marginada por la pareja que formaba con su hija Claude. Todo esto cambió considerablemente desde una operación que lanzó. Y, evidentemente, ese libro, Conversación, con el periodista Patrick de Carolis, de 2001, que tuvo éxito mediático y le proporcionó un nuevo puesto. Ella se convirtió en alguien. Ya no era sólo madame Chirac”.

Bernadette Chirac en aquella época tenía fama de ser bastante dura y seca, “no esnob, pero sí bastante cerrada. Aunque las situaciones son muy realistas, los autores se han preocupado cuidadosa y meticulosamente de verificarlo todo, la película sigue siendo una ficción, una fábula”.