‘WESTERN’ / Valeska Grisebach conquistó el Premio Especial del Jurado en el Festival de Sevilla con esta reflexión sobre la realidad de las distintas particularidades europeas y su confrontación. www.cinesrenoir.com

Los westerns que Valieska Grisebach veía en la televisión en la infancia, en el Berlín Occidental de los años 70, fueron uno de los motores de esta extraordinaria película, en la que la cineasta pone a un grupo de alemanes en tierra extraña enfrentados a sus propios prejuicios y a su “sentido inequívoco de la fuerza y la superioridad, un impulso de tenerse a sí mismo en el estatus más alto, de diferenciarse”.

Con un grupo de actores no profesionales, espléndidos, y con una elegancia visual muy apreciable, la película cuenta la historia de una cuadrilla de obreros alemanes desplazados a un pequeño pueblo de Bulgaria para construir una central hidráulica. Allí deben luchar contra las barreras del idioma y de la cultura, hacer cara a su desconfianza.

“La misión por la independencia y la libertad, encarnada por los héroes del western… La idea de dejar todo atrás. Creo que esto es un tema universal y romántico”

Presentada en la sección Un Certain Regard del Festival de Cannes, Wester fue una de las tres finalistas en los premios LUX del Parlamento Europeo y se alzó con el Gran Premio del Jurado en el Festival de Sevilla de Cine Europeo. Son reconocimientos para una película que profundiza en la naturaleza humana, en sus contradicciones y que denuncia el ‘clasismo’ europeo.

Meinhard, el personaje principal, uno de estos obreros alemanes, se apropia de un caballo que piensa que es salvaje, pero que en realidad pertenece a un hombre del pueblo. Es el vaquero solitario de una historia en la que los elementos del género dominan el relato. Un pueblo medio desierto, un bar donde se juega a las cartas, otro cowboy (el jefe de la cuadrilla) que compite con el protagonista, las mujeres, los animales…

“Rodar esta película en un lenguaje extranjero y en lugares que no eran mi casa fue un ejercicio muy positivo en el que salí de mi zona de confort”

“También la misión por la independencia y la libertad, encarnada por los héroes del western. La idea de dejar todo atrás. Creo que esto es un tema universal y romántico que expresa algo sobre la añoranza por la aventura y el significado del destino personal”, dice la directora, que  crea alrededor de sus personajes masculinos un mundo en el que las mujeres solo están presentes en sus fantasías.

En la película, al contrario, hay una gran participación de mujeres. Junto a la directora, guionista y productora, se encuentra la diseñadora de producción Beatrice Schultz, la montadora Bettina Böhler, la diseñadora de vestuario Veronika Albert y las productoras Maren Ade (autora de Toni Erdman) y Janine Jackowski. Un equipo de aventura en Bulgaria, “para mí, rodar esta película en un lenguaje extranjero y en lugares que no eran mi casa fue un ejercicio muy positivo en el que salí de mi zona de confort. Encontré muy productivo el talento de improvisación de los autóctonos y su fe incondicional en el proyecto, fue un alivio”.