Joachim Trier retrata el conflicto de la clase media en Oslo, 31 de agosto, segundo largometraje de su carrera. La película está protagonizada por Anders Danielsen, un médico y músico, que actuó en la ópera prima de este director.
Una persona de clase media, con recursos, pero con una mente oscura. Un hombre que ha perdido la fe en sí mismo y en la posibilidad de un futuro como el que pensaba que tendría. Así es el personaje principal de
Oslo, 31 de agosto, segunda película de Joachim Trier. Actores no profesionales, como el propio protagonista, Ander Danielsen, un médico que dedica el tiempo libre a la música, o Hans Olav Brenner, un periodista de televisión especializado en literatura, son uno de los elementos clave del cine de este director, que en sus dos largometrajes retrata conflictos de la clase media. “Siempre me entristece escuchar cómo la vida, aquí en Noruega, es tan cómoda, que no hay buenas historias que contar debido a la falta de conflictos. No estoy para nada de acuerdo con esa afirmación, ya que hay grandes tragedias en la vida de la clase media”.
Oslo, 31 de agosto cuenta la historia de un día en la vida de Anders, un tipo que está en un centro de desintoxicación. Le dan permiso para pasar un día en Oslo, para que acuda a una entrevista de trabajo. En esas horas, el personaje visitará a las personas que quiere, a amigos que no veía hace tiempo… Tiene solo 34 años, es de una familia con recursos, podría labrarse un futuro profesional interesante, sin embargo, siente que su vida ha terminado. Joachim Trier sigue a Anders por Oslo ese día de verano y transmite al espectador no sólo lo que éste hace o a dónde y con quién va, sino también lo que escucha y lo que piensa y recuerda.
LA GRAN ILUSIÓN.- Esta historia está inspirada en el libro de Pierre Drieu La Rochelle y habla de pérdida de fe, de desesperanza, pero también de droga, de soledad… ¿Hacia dónde quería ir con ella?
JOACHIM TRIER.- La simplicidad de la historia de la novela creaba la posibilidad de plantear preguntas existenciales y, además, me permitía llevarlo a Noruega. Trata de conflictos sobre lo fundamental de la vida. El personaje es un tipo autodestructivo, un hombre que busca ideales perfectos. Yo he conocido a personas así.
LGI.- ¿Ese hombre que ha perdido la fe en sí mismo sirve de reflejo de la sociedad occidental rica?
JT.- Sí. Con estas historias no se pueden evitar los aspectos alegóricos, metafóricos. No se puede evitar que quede reflejada la sociedad. Yo no soy sociólogo, así que no soy capaz de hacer un análisis social, pero puedo contar lo que veo, la sensación de pérdida que veo en mucha gente, por ejemplo. Y esa es una sensación que en unos casos será por la edad y en otros por vivir en esta sociedad.
LGI.- El protagonista aspira o aspiraba a ser escritor. ¿Cómo creador hay momentos en que usted también pierde la esperanza en lo que hace?
JT.- Sí. Creo que hay un momento en el proceso de creación en que te sientes desesperanzado. En mi caso es una ironía, porque tienes una gran sensación de soledad escribiendo la historia, pero luego vas a rodar y estás rodeado de gente. Por eso es una bendición hacer una película. De todos modos, esa sensación creo que viene también de pertenecer a la clase media. Cuando era joven hacía skateboard con unos amigos. Uno de ellos fue drogadicto un tiempo, luego se limpió y sobrevivió. Nos dimos cuenta los dos que en nuestras vidas habíamos sacrificado cosas, en mi caso, familia e hijos por la profesión. En esta clase media somos muy vunerables.
LGI.- Esa comparación con su amigo recuerda la conversación de Anders con su amigo Thomas en la película, en la que los dos se cuentan lo que creen que ya han perdido…
JT.- Así es, pero es que es muy interesante. De hecho hay muchos momentos en esa conversación que hablan de muchos de nosotros. Yo me siento muy cerca de Thomas y de esa idea de que cuanto más tienes, más quieres.
LGI.- Por cierto, que el actor que interpreta ese papel, como el protagonista, no son profesionales. ¿Qué busca en ellos?
JT.- En la escuela en Inglaterra, uno de mis profesores fue Stephen Frears y él me decía que el 80 por 100 de lo que hay en una película es tuyo y del resto, el 10 por 100 se debe al casting de actores. Me gustan los no profesionales porque no necesitan mostrar su arte y trabajan duro para hacerlo lo mejor posible.
Dirección: JOACHIM TRIER. Guion: JOACHIM TRIER Y ESKIL VOGT. Producción: HANS-JORGEN OSNES, YNGVE SAETHER Y SIGVE ENDRESSEN. Fotografía: JAKOB IHRE. Montaje: OLIVER BUGGE. Música: OLA FLOTTUM. Reparto: ANDERS DANIELSEN LIE, MALIN CREPIN, AKSEL M.THANKE, HANS OLAV BRENNER, INGRID OLAVA, OYSTEN ROGER, TONE B. MASTRAUM Y KJAERSTI ODDEN SKJELDAL. Distribuidora: Abordar Casa de Películas. Estreno: 17 de enero de 2014.
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