Adaptación al cine de la novela de Russell Banks, Oh, Canadá cuenta con la participación, junto a Richard Gere, de Uma Thurman, dando vida a su esposa; Jacob Elordi, en el mismo papel que Gere, pero en la juventud, y Michael Imperioli, como el alumno del protagonista. Son intérpretes para una historia de confesiones, las de un hombre, un documentalista canadiense que concede su última entrevista a uno de sus antiguos alumnos. En ella le cuenta toda la verdad de su vida, “una confesión filmada delante de su mujer”.

Estrenada en Cannes y presente en el Festival de San Sebastián, en la sección Perlak, la película “es una meditación sobre la mortalidad, en la que el protagonista echa la vista atrás a sus decisiones tomadas con la agudeza y honestidad que da el presente cuando conocemos su inevitable final”.

La historia ocurre en el presente, aunque con pasos hacia atrás hasta los años sesenta, una época especialmente convulsa en EE.UU. La guerra de Vietnam empujó a muchos jóvenes a salir del país para no participar en ella. Leonard, el personaje de esta historia, fue uno de ellos. Se fue a Canadá donde ansiaba escribir una gran novela.

“Alguien con quien estuve en la Universidad se fue a los Países Bajos como objetor de conciencia. Otro fue a Canadá. Mi hermano se salió con la suya al convertirse en misionero. Se fue a vivir a Japón. En cuanto a mí, escapé de la guerra por razones de salud. Todos los que conocías lo habían hecho, era una elección que había que hacer", dice el cineasta.

Pero esta no es la única confesión del personaje, un hombre que también revela las decisiones amorosas que ha tomado en su vida y ante su esposa. Esta mujer, Emma, finalmente descubre un montón de cosas de su marido que no conocía, pero se mantiene siempre serena y silenciosa.