En 1872 una apuesta entre dos grupos de aficionados a los caballos sirvió como germen de las imágenes en movimiento que se convirtieron en la magia del cine que disfrutamos todos los días.

En octubre de 1878 la revista Scientific American publicó seis grabados con las fotografías de Muybridge ampliadas y pidió a sus lectores que las insertaran en un zootropo para crear por primera vez la ilusión de movimiento con imágenes reales.
Después llegaron Edison y los Lumière, el cine les debe mucho a todos ellos, les debe la vida, y nosotros les debemos nuestros sueños, nuestras ilusiones, todos los sentimientos vividos delante de una pantalla iluminada por la luz de un proyector.
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