“Emperadores y esclavos, políticos y plebeyos vitoreaban el sangriento espectáculo con una entrega que podía cambiar literalmente el curso del imperio”, dice Ridley Scott, que declara que en aquellos tiempos en Roma, “todos los caminos conducían al Coliseo”. Un espacio en el que se desarrolla una buena parte de esta nueva película, un espectáculo de peleas de gladiadores, enfrentados a luchadores experimentados y salvajes, o a un sinfín de animales feroces y sanguinarios.

Tiburones hambrientos, tigres, primates ultraviolentos, rinocerontes imponentes… aparecen en la arena antes los gladiadores de esta historia, un relato de venganza y de reencuentro con la familia y con Roma, que se desarrolla durante el imperio de los hermanos Geta y Caracalla.

“La primera película se ha convertido en un icono cultural para los aficionados al cine de todo el mundo”, afirma el productor Michael Pruss, presidente de Scott Free Productions, un profesional que lleva más de una década colaborando estrechamente con Scott y que reconoce que para estrenar una segunda entrega de Gladiator era “imprescindible recrear ese universo a una escala aún mayor”.

Ridley Scott ha completado la tarea con una película espectáculo que arranca con una impresionante batalla desde el mar y que va avanzando con magníficas peleas en la arena del Coliseo. “El público ha visto grandes combates muchas veces y tiene una insaciable sed de más. Fuese lo que fuese lo que creásemos, tendría que provocar grandes emociones. Un verdadero espectáculo para la eternidad”.