Las familias políticas en el cine han dado mucho juego. Julie Delpy aprovecha mucho las historias que nacen de este tipo de relaciones. Lo ha hecho en Dos días en París y en Le Skylab  y ahora vuelve a inspirarse en ello en Dos días en Nueva York.

Suegros, suegras, cuñados y cuñadas son personajes que dan mucho sabor a las broncas, los malentendidos, los encuentros y desencuentros, cómicos y dramáticos, del cine.

‘Un tranvía llamado deseo’, Elia Kazan (1951)

Stanley Kowalski (Marlon Brando) no es el mejor cuñado con el que te puedes encontrar. Es rudo, es violento, es desagradable… (“¡Eh tú, canarioflauta! ¿vas a salir del cuarto de baño?”) y, encima, en camiseta y sudoroso es pura lujuria, una combinación peligrosísima. Blanche (Vivien Leigh) tendrá que hacer frente a esa realidad, ese tipo es el marido de su hermana.

‘Sabrina’, Billy Wilder (1954)

Audrey Hepburn, Sabrina, se movía entre dos hermanos, Linus y David Larrabee (Humphrey Bogart y William Holden). Uno de ellos se convertiría en su marido y, por tanto, el otro terminaría siendo su cuñado. John Williams, en el papel de Thomas Fairchild, iba a ser el suegro del elegido.

‘Adivina quién viene a cenar esta noche’, Stanley Kramen (1967)

Sidney Poitier pegaba un susto monumental a sus futuros suegros –Spencer Tracy y Katrharine Hepburn-, que no se esperaban que el prometedor novio de su hija fuera negro. Maravillosa película que se ganó dos Oscar, el de Mejor Actriz (Katharine Hepburn) y el de Mejor Guion Original, para William Rose.

‘Shrek 2’, Andrew Adamson, Kelly Asbury y Conrad Vernon (2004)

Shrek y Fiona vuelven de su luna de miel y se van a conocer a los padres de ella, los reyes del Reino de Muy, Muy Lejano. Harold, el monarca, no soporta a su yerno y comienza una batalla sin cuartel contra él. Las voces de los personajes de los temibles suegros las pusieron Julie Andrews y John Cleese.