La fama de pendenciero, buscavidas, alcohólico y pertinaz fumador de marihuana de Robert Mitchum adornó convenientemente la leyenda del actor.

Durante el rodaje de Con él llegó el escándalo, de Vincente Minnelli, el intérprete encarnaba al ‘capitán’ Wade Hunnicutt, un vicioso, mujeriego y adinerado cabeza de familia. George Peppard y George Hamilton eran sus hijos en la ficción, el bastardo y el niño de mamá, respectivamente. Ambos, que eran casi debutantes, estaban atemorizados por tener que enfrentarse a Mitchum en el rodaje. Pero Peppard, ambicioso y entusiasta, quería aprender de aquel maestro. El joven actor acababa de pasar por el Actor’s Studio de Strasberg y estaba lleno de teorías sobre la interpretación, la mayoría despreciativas respecto de los métodos de Hollywood. Un día, con mucha reverencia, le preguntó a Mitchum: “¿Ha estudiado el método Stanislavsky?” A lo que un rudo y divertido Mitchum respondió: “No, pero sí he estudiado el método Smirnoff”. “Estaban impresionados porque yo era impresionante”, dijo entonces Mitchum refiriéndose a Hamilton y Peppard. (Del libro ¡Olvídame, cariño!, de Lee Server)