‘EN BUENAS MANOS’ / Jeanne Herry da la vuelta al tema de la adopción mostrando la labor que hacen los trabajadores sociales que buscan las mejores familias para los niños. www.cinesrenoir.com

El cine nos ha acercado en muchas ocasiones a los obstáculos y pesares que acompañan a las personas que quieren adoptar un hijo. Sin embargo, lo sensato sería que esta sociedad se descargase de tanto exceso de ego y comenzara a pensar en cómo deberían encontrarse las mejores familias para los niños en adopción. La cineasta Jeanne Herry hace justamente esto al poner el foco en los niños y no en las posibles madres y padres y al destacar, con mucho respeto, admiración y cariño, el trabajo que hacen los trabajadores sociales que se dedican a esta tarea. Mujeres y hombres que merecen un reconocimiento y, sin duda, mayor presupuesto.

“Comprendí que la tarea de los trabajadores sociales es encontrar padres para un bebé y no encontrar un bebé para padres sin hijos: fue una revelación”

Con los intérpretes Sandrine Kiberlain, Gilles Lellouche y Élodie Bouchez en los papeles principales, esta película de Herry comienza con el nacimiento de Theo. Después de dar a luz, su madre biológica le entrega a un programa de adopción. Los servicios de adopción deben encontrar entonces a la que se convertirá en su madre adoptiva.

En el otro extremo de esta historia se encuentran Alice (interpretada por Élodie Bouchez), una mujer de 41 años que lleva casi diez años luchando por ser madre. Además, hay un grupo de profesionales que trabajará para que Theo y Alice puedan reunirse. Con ellos, un hombre, voluntario padre de acogida –en Francia se cobra por hacer esta labor- que acogerá con mucho amor y responsabilidad a Theo en sus primeras semanas.

“Cuando lo estaba escribiendo, pensé en términos de una ecuación muy simple: hay una mujer que no quiere a su hijo y otra mujer que quiere un hijo”

En buenas manos nació a raíz de la noticia que una amiga le dio a la directora y guionista, cuando le anunció que iban a otorgarle un bebé. Jeanne Herry comenzó a investigar y “comprendí que la tarea de los trabajadores sociales es encontrar padres para un bebé y no encontrar un bebé para padres sin hijos: fue una revelación”.

“Cuando lo estaba escribiendo, pensé en términos de una ecuación muy simple: hay una mujer que no quiere a su hijo y otra mujer que quiere un hijo. Después tuve que rellenar y desarrollar la ecuación, que es tan hermosa y cruda como una afirmación lógica. Y da cuenta de toda esa fuerza colectiva que se pone en marcha para que la ecuación tenga solución. La película trata de los negativos que se van sumando hasta llegar a un positivo”.