La película está inspirada en historias navales reales de la Segunda Guerra Mundial, recogidas de testimonios de marineros civiles que realizaron ese peligroso viaje a través del helado mar Ártico para llevar suministros de guerra. El actor Tobias Satelmann, que destacó especialmente en la película Kon-Tiki, es el protagonista de esta historia.

El frente oriental se volvía cada vez más brutal y la batalla de Stalingrado estaba destrozando a dos ejércitos. En ese contexto, los aliados aliadas decidieron ayudar a los rusos enviando convoyes que viajaban desde Islandia hasta el puerto de Murmansk, en el noroeste de Rusia. 35 buques de carga formaban un convoy típico. Iban cargados con armas y municiones y rodeados por una escolta de buques de guerra. Cada vez que los convoyes estaban cerca de la Noruega ocupada por los nazis, los mares se llenaban de minas y el convoy era atacado por submarinos y aviones, lo que convertía a los barcos en un lugar especialmente peligroso.

El viaje solía duras unos doce días. La película comienza en la cuarta jornada de una de las misiones de entrega más desafortunadas de las que se hicieron. Hay tensiones en el barco, inquietud y nervios que aumentan rápidamente cuando reciben el mensaje de que el convoy debe disolverse, la escolta se irá y todos los barcos deben dispersarse lo más rápido posible. E capitán, a pesar de todo, decide seguir adelante.