Los zombies han dado para mucho últimamente en el cine y la televisión. El gran George A. Romero y sus muertos vivientes abrieron las puertas a una moda que hoy vive sus mejores momentos. Guerra Mundial Z es, probablemente, la primera apuesta seria (en lo referente a producción especialmente) de Hollywood en el género zombi. Ha quedado claro con las cifras que ha conseguido en su estreno en EE.UU. que la amenaza de estos seres atrae poderosamente a los espectadores... incluso cuando dan risa.

‘El retorno de los muertos vivientes’, Dan O’Bannon (1985)

Clarísimo homenaje a La noche de los muertos vivientes, la película comienza con un personaje contándole a otro el argumento de este clásico del cine de terror y diciéndole que todo lo que se contaba en aquella era verdad. Y para demostrarle que él no miente, le enseña a un zombi encerrado en un barril en el sótano. Por supuesto, se escapa y sus colegas del cementerio despiertan.

‘Estamos muertos ¿o qué?’, Mark Goldblatt (1988)

Con la lujosísima presencia de Vincent Price interpretando el papel de un siniestro doctor, la película está protagonizada por Treat Williams y Joe Piscopo y cuenta la historia de dos policías que persiguen a los asesinos de uno de ellos, que ha sido zombificado durante 24 horas para que pueda, precisamente, cumplir con su tarea.

‘Zombies Party’, Edgar Wright (2004)

Genuinamente británica, esta comedia está protagonizada por Simon Pegg, Kate Ashfield y Nick Frost. Escrita por el director y el primer actor, la película contiene algunos de los mejores momentos del género zombi y algunas de las secuencias más cómicas dentro de éste. El  mismísimo George A. Romero la dio su bendición.

‘Bienvenidos a Zombieland’, Rubern Flesicher (2009)

Jesse Eisenberg y Woody Harrelson protagonizan esta comedia que ganó el Premio del Público en Sitges. La película presenta un mundo plagado de zombies, donde las circunstancias reúnen a unos personajes bastante diferentes entre sí, especialmente Columbus y Tallahasse, un chico cobarde y temeroso y un cazazombies loco que no mide demasiado los riesgos.