Cécile de France es Pove, una periodista política que cayó en desgracia y fue degradada a hacer información de fútbol. Ahora le piden que cubra la campaña presidencial anterior a la segunda vuelta. El candidato favorito es Pierre-Henry Mercier (Dupontel), heredero de una poderosa familia francesa y novato político, y un tipo al que ella conoce del pasado.

“La determinación heroica de Robert Kennedy” fue, en palabras de Dupontel, el punto de partida para la construcción del personaje de Pierre-Henry Mercier. “He construido lo que yo llamo una novela aeroportuaria en torno a lo heroico de la anécdota sobre Robert Kennedy. Como dijo Balzac: ‘La realidad se expresa o se reconstruye’. Por mi parte, todo lo que he estado tratando de hacer durante años es expresarlo”.

Con una música de Christophe Julien que está muy presente, la acción avanza con diferentes contrastes de luces, radicales, cambios de focos y cortes rápidos, con la intención de transmitir la sensación de que se está contando una fábula. “Hice todo lo que estuvo a mi alcance para crear una película fantástica, con la esperanza de que me permitiera distanciarme de cualquier seriedad y posibles comparaciones con políticos reales...”

Así, La segunda vuelta es una singular combinación de intriga política, de emoción y de fantasía, donde van surgiendo uno detrás de otros varios secretos. Es una película que habla del mundo de hoy y apunta al mundo de mañana, para el que el cineasta reconoce que se prepara “para lo peor, mientras espero lo mejor (no son mis palabras, sino las de Hannah Arendt)”.

Y todo ello buscando siempre emoción y sentido del humor, bebiendo de la inagotable fuente que significa para él el cine de Chaplin. “Cuando era niño, siempre fui espontáneamente sensible a estas dos dimensiones (risas y emoción). Por eso siempre digo que Chaplin es un clásico. Chaplin es muy conmovedor y muy divertido. Cuando escribo, cuando hago películas, me obligo a dejarme llevar internamente. Estas emociones: risa, indignación, ira... Todo está mezclado".