“El cine es una forma de dar identidad a las personas sin rostro”
Nov 04, 201500
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‘DHEEPAN’/ Jacques Audiard habla en esta entrevista de Dheepan, película con la que ganó la Palma de Oro en el Festival de Cine de Cannes. Historia de unos refugiados que han huido de la guerra de Sri Lanka, está protagonizada por un hombre que fue realmente un guerrillero tamil. www.cinesrenoir.com
Jacques Audiard se alzó con la flamante Palma de Oro en Cannes con esta película, una historia que reúne todas las constantes de su cine. Las relaciones a veces falsificadas y las imposiciones familiares, la violencia, la incomunicación y los diferentes mundos a los que terminan perteneciendo sus personajes están aquí, una historia que él mismo ha calificado como del ‘desconcierto de la inmigración’. Refugiados, historia de amor y thriller, Dheepan es otra muestra muy reconocible del genio del cineasta francés.
Protagonizada por Jesuthasan Antonythasan, un ex guerrillero tamil que esquivó a la muerte en Sri Lanka y en Francia se convirtió en escritor, cuenta en la película parte de su propia vida. Dheepan es, como él, un guerrillero tamil que huye de la guerra civil. En la ficción lo hace con una mujer y una niña a las que no conoce, pero con las que se hacen pasar por familia para poder escapar. En Francia tienen que aprender a entenderse y a vivir en medio de la violencia de los suburbios, un ambiente que devuelve los peores recuerdos a este hombre. Pero el amor que ella ha despertado en Dheepan podría salvarle.
LA GRAN ILUSIÓN.- Este es un proyecto anterior a Un profeta, ¿por qué lo ha hecho, finalmente, después?
JACQUES AUDIARD.- Porque aquí la diferencia eran los actores, me replanteé el tema de los actores porque pensaba que ellos serían los que iban a dar algo diferente. Luego estuve a punto de abandonarlo porque pensaba que se parecía demasiado a Un profeta. Al final, lo que hizo que me decidiera a continuar fue la historia de la falsa familia, una familia de conveniencia que termina siendo real.
LGI.- ¿Qué le gustaba de esa idea?
JA.- Me daba los personajes que quería, no quería una mujer trágica… Si fuéramos hindúes, pensaríamos que ese es un matrimonio normal, un matrimonio de conveniencia, pactado en el que el amor termina consiguiéndose y no al revés.
“En Francia, los de mi generación nos preguntamos qué hacemos con la violencia que heredamos de nuestros padres”
LGI.-La familia es una de las constantes de su cine…
JA.- Puede que tenga algo que ver con la mentira, es como una constante de fabricación en las historias que cuento, esas historias de padres simbólicos. Es algo que forma parte de mi generación. Los que han nacido entre 1940 y 1955 en Francia tienen un problema grave con la Historia y nosotros nos preguntamos ¿qué hacemos con nuestros padres y con la violencia que heredamos de ellos?
LGI.- Finalmente, ¿usted diría que ésta es una historia de amor?
JA.- Sí, ese hombre al final va a cumplir el deseo de esa mujer a la que ama. Ese sometimiento es su forma también de terminar con la violencia. Es como si abandonara todo eso, un abandono feliz, nada trágico.
“Lo que hizo que me decidiera por este proyecto fue la historia de esa familia falsa, una familia que termina siendo real”
LGI.- Una vez más hace usted con una película un retrato de la realidad y muestra, además, a los que menos se les ve…
JA.- No tengo una imaginación extraordinaria y siempre tengo la sensación de que mis ideas no son originales. Es como si hubiera algo en el aire que yo cojo. La idea es identificar a personajes sin rostro. Pero no soy el único que lo he pensado, es algo que está ahí. En Un profeta quería mostrar a los árabes que no tenían cabida en el cine. Es una forma de dar una identidad a esas personas.
LGI.- ¿Y no hay también un elemento de curiosidad por su parte cuando busca una historia?
JA.- Sí. A mí el cine me sirve para ir a lugares y a cosas que no conozco. Para mí es la única manera de comunicarme con el mundo. Antes no lo sabía, ahora sé que con el cine voy hacia los sentimientos que no conozco.
“Antes no los sabía, ahora sé que con el cine voy hacia los sentimientos que no conozco”
LGI.- Dheepan da voz a esos personajes que nunca aparecen en el cine comercial…
JA.- Sí, claro, si llamamos cine comercial al que ha caído del lado industrial de la fuerza. El cine comercial ha abandonado lo real porque ya no le hace falta. Por eso los directores como yo somos un poco antiguos, porque seguimos empleando el cine como una herramienta que ya no existe, la herramienta que empleaban los hermanos Lumiére.
LGI.- Pero usted insiste en ese retrato de lo real ¿por qué es tan importante?
JA.- A la generación de mis padres, a la mía y a la siguiente nos ha educado el cine. Entonces en el cine todo era verdad. Godard decía que el cine es una verdad 24 veces por segundo. Era una garantía. Eso con el digital ha cambiado, ahora el cine no necesita de lo real.
Dirección: JACQUES AUDIARD. Guion: JACQUES AUDIARD, THOMAS BIDEGAIN Y NOÉ DEBRÉ. Producción: PASCAL CAUCHETEX Y JACQUES AUDIARD. Fotografía: ÉPONINE MOMENCEAU. Montaje: JULIETTE WELFLING. Música: NICOLAS JAAR. Reparto: ANTONYTHASAN JESUTHASAN, KALIEASWARI SRINIVASAN, CLAUDINE VINASITHAMBY, VINCENT ROTTIERS, MARC ZINGA. Distribuidora: VÉRTIGO FILMS. Estreno: 6 de noviembre de 2015.Puedes comprar tu entrada aquí.
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