Los hermanos Mier siempre han sido pastores y ahora son dos de los últimos en la zona de Picos de Europa donde viven. Vacas y cabras componen sus rebaños, en los que ya no hay ovejas, que tuvieron que vender ante los constantes ataques de los lobos y las cada vez mayores restricciones administrativas.

Es una forma de vida cada vez más difícil, a la que nadie mira ya, pero que ellos mantienen y disfrutan a pesar de todas las dificultades con las que se encuentran. Esta película sirve de testigo de una manera de vivir y una actividad a punto de desaparecer.

Son muchos los problemas nuevos que han ido apareciendo a lo largo del tiempo. La Ley de Protección Total del Lobo es uno de ellos. “Siempre dije y dirá mientras viva que con el lobo se puede competir, pero no convivir”, dice uno de ellos, que explica, “para que lo entiendan en el mundo urbano”, que esta medida legal está “promocionando el maltrato animal, una vaca o una oveja contra un depredador. El lobo los caza porque es un depredador, el máximo experto en matar animales, los mata de una manera tajante, que hay casos donde está el pastor con las ovejas, bueno, ya no están porque ya desaparecieron prácticamente todos, pero hay sitios donde está el pastor con las ovejas, los perros, y en un descuido de nada el lobo se los come”.

Imágenes impresionantes de Picos de Europa, con estos hombres en la cabaña de piedra en mitad de las montañas, escuchando en la radio noticias sobre el Covid o después sobre la guerra de Ucrania, como si pertenecieran a un mundo que no es el suyo.

Burros, perros, caballos, vacas, gatos, pájaros, gallinas, rapaces… todos conviviendo, libres por el campo, con los pastores, siempre preocupados por los animales, compartiendo con ellos la naturaleza.

“Los hermanos Mier son los dos últimos pastores que quedan en estás montañas que, aún con su rebaño muy mermado, continúan haciendo la reciella. Al contrario que otros pastores cuando les ha llegado la hora de jubilarse no se han ido, ya que no entienden la vida de otra manera ni en otro sitio. Incluso el lobo y su sobreprotección, que ha terminado casi con todo el pastoreo en Picos, no ha podido con ellos. El lobo está y se adentra cada vez más, pero ese hábitat también es el de Fernando y Manolo”.