Viernes, 08 Noviembre 2024
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¿Blancas o negras? / Maestros del ajedrez en el cine

Nico Albert, uno de los protagonistas de Hijo de Caín, es un joven con una inteligencia excepcional y una gran obsesión, el ajedrez. En ese tablero de piezas blancas y negras se han enfrentado antes otros en el cine. Algunos, inolvidables.

'El séptimo sello', Ingmar Bergman (1957)

Obra maestra de Bergman. Ambientada en la Europa medieval, en la película aparecía la Muerte (interpretada por Bengt Ekerot) para llevarse a Antonius Block (Max von Sydow), un caballero cruzado que ha regresado a su pueblo después de diez años de ausencia. Block (“las negras para ti”) decide ganar tiempo retando a la Muerte a una partida de ajedrez. Una partida inolvidable.

‘El jugador de ajedrez’, de Wolfgang Petersen (1978)

Bruno Ganz interpreta al maestro alemán Thomas Rosenmund, mientras que Ljuba Tadic encarna al maestro ruso Stefan Koruga, en esta película de Wolfgang Petersen, donde se reúnen características reales de diferentes jugadores de ajedrez de la realidad para crear a los de la ficción. El filme cuenta el viaje de Thomas Rosenmund, desde la obsesión por el ajedrez y su universo, hasta la locura.

‘En busca de Bobby Fischer’, Steven Zaillian (1993)

Película basada en la infancia del maestro Internacional norteamericano Joshua Waitzkin, estaba protagonizada por el niño Max Pomeranc, al que acompañaban  Joe Mantegna, en el papel de su padre; Joan Allen, como la madre; Ben Kingsley, encarnando a Bruce Pandolfini, el profesor de ajedrez del niño, y Laurence Fishburne, como Vinnie, el amigo ajedrecista de Josh. El filme cuenta la historia de Joshua Waitzkin, un niño que quiere ser el nuevo Bobby Fisher del ajedrez.

‘La defensa Luzhin’, Marleen Gorris (2000)

Película británica, con John Turturro y Emily Watson en los papeles principales y que estaba basada en la novela de Vladimir Nabokov La defensa. En ella se contaba cómo, a finales de los años 20, Alexander Luzhin, un tímido e ingenuo maestro de ajedrez viaja a Italia para jugar la partida de su vida. Allí, sin embargo, se encuentra con un reto inesperado, el del amor, para el que desgraciadamente no tiene tan buena defensa como para el ajedrez.  

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