Los personajes principales de Solo los amantes sobreviven, la nueva película de Jim Jarmusch, se unen a la extensa nómina de chupasangres cinematográficos. Los no muertos, los vampiros, son imprescindibles ya de la historia del cine. Hay muchos y muy diferentes. Son ellas y ellos. Viejísimos y no tanto, más o menos seductores… se han colado a lo largo del tiempo en todos los géneros. Aquí, algunos de los más conocidos.
Katherine Deneuve, en el papel de Miriam Blaylock, de
El ansia (Tony Scott, 1983), es una de nuestras vampiras favoritas. Inolvidables sus momentos con Susan Sarandon en la película. Coleccionista de arte y de amantes, esta chupasangre se colocaba en un rincón completamente ajeno al que habían ocupado algunos de los clásicos del cine, como
Bela Lugosi o Christopher Lee.
Nosferatu, el filme de Murnau (1922), es, sin duda, una de las más importantes referencias creativas en este territorio. De él, de una forma más o menos obvia, han bebido prácticamente todos los demás. Lo hizo Coppola en
Drácula de Bram Stocker (1992) y también Neil Jordan en
Entrevista con el vampiro (1994).
Aunque no completamente extraños a estos mencionados, los vampiros de la saga
Blade, nacidos en 1998, el mismo año que los de
Vampiros, de John Carpenter, son un poco más bestias y menos sofisticados. Justo lo contrario que el vampiro infantil de
Déjame entrar (Tomas Alfredson, 2008), un ser solitario y eternamente leal.
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