Matt Damon ganó un Oscar como guionista en 1997 (El indomable Will Hunting). Volvió a escribir otra historia para el cine en 2002 (Gerry). En ambas trabajó acompañado, ahora firma con el también actor John Krasinski el guion de Tierra prometida, la nueva película de Gus Van Sant. Y es que el chico que apareció en las pantallas con cara de no haber roto un plato, tenía dentro muchos secretos con los que sorprender.
Es la viva imagen del buen chico americano. Ni muy guapo, ni muy alto, ni con un físico espectacular… ha sabido, sin embargo, hacerse un hueco interesante en el cine de EE.UU. Buen actor, capaz de fundirse con personajes muy diferentes, tiene un olfato especial para las historias e inquietudes que van más allá de la interpretación. En 1997 escribió junto a su amigo Ben Affleck el guion de
El indomable Will Hunting, lo que les valió un Oscar y un salto cualitativo en su carrera.
Después de aquello comenzó un sugerente proceso de metamorfosis como actor. Ha sido el asesino
Tom Ripley; Jason Bourne, el espía que no recuerda su identidad; uno de
los hermanos Grimm, el policía corrupto de
The Departed o el agente de la CIA de
El buen pastor. Protagonizó magníficamente
¡El soplón! o
Invictus y
sorprendió con su personaje en
Valor de ley.
Los grandes le quieren en sus repartos. Scorsese, Clint Eastwood, Gus Van Sant, los hermanos Coen, Robert De Niro, Steven Soderbergh… le han buscado para sus películas. El buen chico americano ha resultado uno de los más listos y con más talento de su promoción.
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