Yorgos Lanthimos debutó en el largometraje con O kalyteros mou filos (My Best Friend), en 2001. En aquella película un hombre volvía a casa después de perder un vuelo y encontraba a su mujer en la cama con su mejor amigo. A partir de ese descubrimiento, la acción se iba transformando en una espiral de sexo y engaños con mucho humor, además de con una alta dosis de intriga erótica.

En Canino, que ganó en 2009 el premio a la mejor película en Un Certain Regard en Cannes y fue el descubrimiento internacional del cineasta, el sexo atravesaba la pantalla acompañado de una atmósfera muy inquietante y de una reflexión sobre la oscuridad de la represión sexual.

En la reciente La favorita el sexo era una herramienta de manipulación. La película contaba la historia de una relación oscura, sexual, de afectos y lucha de poder entre tres mujeres en la corte de Inglaterra en el siglo XVIII. El guion original de Deborah Davis estuvo en un cajón veinte años, tiempo en el que, afortunadamente, la percepción social sobre la homosexualidad cambió radicalmente y permitió normalidad para muchas historias en el cine.

Ahora, en Pobres criaturas, el cineasta se da un respiro y se lo da también al espectador presentando mucho sexo, pero en escenas alegres y divertidas, con frescura, desde una mirada positiva.

En una reciente entrevista concedida a The New York Times, el cineasta dice, refiriéndose al sexo en las películas y a la desnudez, que nunca entendió “la prudencia que lo rodea. Siempre me enfurece lo liberales que son las personas con la violencia y cómo permiten que los menores la experimenten de cualquier manera, y luego somos tan mojigatos con la sexualidad".