El personaje principal de El abuelo que saltó por la ventana y se largó es un centenario, un viejo muy viejo, con una vida muy intensa a sus espaldas y con mucho ruido todavía por hacer. En la era en que se idolatra el tesoro de la juventud, hacer una película protagonizada por un anciano es, además de un riesgo, toda una declaración de intenciones. Aunque, por otro lado, la tercera edad ha dado grandísimos personajes al cine y muchos de ellos tienen, además, una interesante vis cómica.
Ahí está Don Anselmo (José Isbert) que se empeña en comprarse un cochecito de minusválido igual que el de sus amigos pensionistas. Rafael Azcona y Ferreri supieron, desde luego, sacar tajada de la tercera edad en
‘El cochecito’ (Marco Ferreri, 1960).
Menos ácidos, pero también inolvidables, eran los viejos de
‘Cocoon’ (Ron Howard, 1985), una pandilla de ancianos que descubría el secreto de la eterna juventud.
Muchos más cascarrabias, pero geniales, eran los protagonistas de
‘Dos viejos gruñones’ (Donald Petrie, 1993), película que reunió a una pareja legendaria, la formada por Jack Lemmon y Walter Matthau. Doce años después de su último encuentro, repetían juntos los protagonistas de la mítica
La extraña pareja.
Paul Newman bordó, como siempre hizo, el personaje de Donald Sullivan en
‘Ni un pelo de tonto’ (Robert Benton, 1994). Un viejo adulador, tan rebelde como cuando era joven, que en manos de este inmenso y guapísimo actor conseguía grandes momentos de comedia y también altas cotas de emoción.
Muy divertido era el personaje que construía Jack Nicholson en
‘A propósito de Schmidt’ (Alexander Payne, 2002). Warren Schmidt, un tipo de acaba de jubilarse y está muy desorientado. Se queda viudo, su hija se va a casar con un bobo y él no sabe muy bien qué hacer con su vida.
Momentos de humor aparecían también en la aventura de
‘Space Cowboys’ (Clint Eastwood, 2000), con esa pandilla de astronautas veteranísimos. Con Eastwood a la cabeza, ahí estaban poniendo los puntos sobre las íes Tommy Lee Jones, Donald Sutherland, James Garner y James Cromwell.
Eastwood, desde luego, sabe encontrar el sentido del humor en muchos rincones, incluido el del mal genio del personaje de su magnífica película
‘Gran Torino’ (Clint Eastwood, 2008). Este viejo Walt Kowalski, veterano de la guerra de Corea, tiene algunos momentos realmente divertidos, aunque la historia no sea, desde luego, una comedia.
Comedia con todas las letras era
‘Vacaciones de ferragosto’ (Gianni Di Gregorio, 2008), una ópera prima protagonizada por su director y coguionista, al que acompañaban en el reparto unas insuperables actrices de entre setenta y noventa años, con una energía que ya quisiera cualquier joven de este siglo XXI.
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