‘DOS VIDAS’ / La película de Georg Maas, que representó a Alemania en los Oscar, recupera una trágica realidad, la de los niños que los nazis robaron a sus madres noruegas, y a los que después la Stasi también utilizó.
Ambientada a comienzos de los noventa, en la Europa que acaba de ver cómo desaparece el Muro de Berlín, esta historia, narrada en forma de thriller, va mostrando paso a paso la intrigante vida de una mujer. Ella es Katrine, hija de madre noruega, pero criada en Alemania. Vivió sus primeros años en un hogar para niños, donde los nazis llevaban a los hijos de las mujeres noruegas que habían tenido alguna relación con los soldados alemanes durante la guerra. Ella vive ahora feliz con su marido, su hijo y su madre, a la que consiguió recuperar. Pero un día aparece un joven abogado dispuesto a destapar toda aquella trama y su verdadera vida, una existencia paralela, terminará por salir a la luz.
Las implicaciones de los diferentes bloques en Europa en los años ochenta y posteriores surgen en esta película, donde la historia reciente de un continente se mezcla con la felicidad personal de una mujer. Juliane Köhler es la protagonista del filme, donde le acompañan la veterana Liv Ullman, en el papel de su madre, y Bjarte Myrdal, como su marido. Todos ellos forman parte de una historia, basada en un caso real, con la que el director Georg Maas enfrenta al público con la historia reciente de su país. Los nazis se llevaron a aquellos niños, a los que después utilizó la Stasi. Dos casos de “máximo cinismo”, tal y como explica el cineasta, que transformaron radicalmente la vida de miles de personas.
LA GRAN ILUSIÓN.- La película está basada en una historia real, de la que se escribió una novela. Pero en el libro el personaje principal es la madre, ¿por qué cambió usted la perspectiva del relato?
GEORG MAAS.- Sí, quise una aproximación completamente diferente. En la novela los personajes principales son, además de la madre, el esposo y la hija. Ella es un personaje menor y tampoco aparece el abogado, ni hay juicio. Los personajes de la novela serían los de una película de Hollywood. A mí me interesaba más ella, Katrina, porque es la que provoca todo. Con ella todo es ambiguo, lo bueno y lo malo. Yo quería decir con esta película que no debemos juzgar a la ligera a la gente.
LGI.- Como dice, usted también saca en su película el juicio. ¿Qué pasó en el juicio real en Noruega?
GM.- Fue entre 2000 y 2005 y no ganaron el caso. Solo hubo una disculpa por parte del Primer Ministro noruego en el discurso de Año Nuevo. También fueron a Estrasburgo, pero les dijeron que había pasado demasiado tiempo. Hubo 11.000 niños a los que se llevaron los nazis de madres noruegas. Unos cuantos centenares fueron personalmente al juicio.
"Me interesaba el personaje de Katrina, porque en ella todo es ambiguo, en ella están lo bueno y lo malo"
LGI.- ¿Alguno de ellos ha visto la película?
GM.- Sí y se me acercaron después de verla para hablar. Pensamos que podríamos descubrir a otros en el mismo caso que Katrina.
LGI.- Usted ha dicho que de esta historia lo que le interesaba especialmente era la cuestión de la identidad…
GM.-Sí. Cuando conoces a una persona, te haces en tu mente una definición de ella. Yo te conozco y construyo tu identidad en mi cabeza. Y lo extraño es que solemos aferrarnos a ese concepto que hemos construido. En la vida normal, uno no sabe quién es el otro, aunque crea que sí.
LGI.- El cine alemán ha sido una herramienta muy útil para enfrentar la historia reciente del país. ¿Terapia, necesidad, obligación ética…?
GM.- Es que la historia alemana del último siglo está tan llena de injusticia y crueldad que no tenemos más opciones que hacerla frente. Lo extraño es que estos sistemas tan malos dan unas historias muy buenas. Es verdad que en Alemania el cine sirve para ello.
"En la vida normal, uno no sabe quién es el otro, el de al lado, su pareja, aunque crea que sí"
LGI.- Esta es una película de los niños de la guerra. Los nazis se los quitaron a sus madres, pero después la Stasi los utilizó…
GM.- Es una parte extremadamente cínica del racismo de los nazi, pero a mí me dejó más tocado el cinismo de la Stasi. Es asombroso que se atrevieran a utilizar el legado de ese racismo de los nazis para interés de su ‘buen’ comunismo. Además, con ello vuelvo al tema de la identidad. La Stasi antes de la guerra se inventaba identidades, después de la guerra, las robaba.
LGI.- ¿Cómo ha sido la reacción del público en su país?
GM.- Mejor de lo que pensábamos. Diría que al 80 por 100 del público les encantó. En Noruega no fue tan bien, la actitud fue muy positiva pero no hubo tanto público, porque allí esta historia ha salido mucho en la prensa, la conocen ya todos.
LGI.- ¿Su próxima película tendrá que ver también con la historia reciente de Alemania?
GM.- Sí. Estoy escribiendo ahora. Es la historia de una chica de dieciséis años que viaja en el tiempo y que aparece en la Alemania de los nazis, y ella es judía. Es un viaje en el tiempo hecho por un camino muy duro.
Dirección: GEORG MAAS. Guion: GEORG MAAS, CHRISTOPH TÖLLE, STÅLE STEIN BERG Y JUDITH KAUFMANN. Producción: AXEL HELGELAND, RUDI TEICHMANN Y DIETER ZEPPENFELD. Fotografía: JUDITH KAUFMANN. Montaje: HANSJÖRG WEIBBRICH. Música: CHRISTOPH KAISER Y JULIAN MAAS. Reparto: JULIANE KÖHLER, SVEN NORDIN, KEN DUKEN Y LIV ULLMANN. Distribuidora: KARMA FILMS. Estreno: 11 de julio de 2014.
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