La religión ha destrozado grandes amores en el cine. La intolerancia y el fanatismo ciego se han interpuesto entre muchas personas. A veces, sin embargo, no es la religión lo más importante en estas historias, o no tanto como las reacciones ante esa separación, ante ese desamor. Es el caso de la nueva película, de Christian Mungiu, Más allá de las colinas, un relato impresionante y absolutamente contundente con el que el director de la incontestable 4 meses, 3 semanas y 2 días reaparece. La película es una de las nueve candidatas al Oscar a Mejor Película de Habla no Inglesa.
La película de Mungiu, ganadora de los premios al Mejor Guion y a la Mejor Interpretación Femenina (para las dos actrices protagonistas, Cosmina Stratan y Cristina Fluturen) en el Festival de Cannes, no es una crítica a la religión, pero en ella hay un inseparable lazo entre ésta y la falta de educación. Otros sí han buscado en la religión a los culpables de amores rotos, incluso algunos han convertido a los sacerdotes o las monjas en personajes dañinos. También hay en el cine amores más grandes que superan ese y cualquier obstáculo.
‘La noche del cazador’, Charles Laughton (1955)
El reverendo de esta obra maestra sí que es malvado, diabólico sin matices, pero sabe utilizar muy bien las palabras de Dios para seducir a sus víctimas. Harry Powell (Robert Mitchum) es uno de los personajes más terroríficos de la historia del cine. "Ah, pequeño, veo que te estás fijando en mis manos... ¿quieres que te cuente la historia de la mano derecha y la mano izquierda?... Aquí está escrito odio...aquí está escrito amor”.
‘Viridiana’, Luis Buñuel (1961)
Buñuel, absolutamente irreverente, encerró en su propio universo a un viejo hidalgo español y a su sobrina, una novicia joven y hermosa. Ni Dios, ni la iglesia católica, ni toda la fe del mundo hubieran podido desmontar la grandeza de esta película, ni evitar esa “partida de tute” del final.
‘Sonrisas y lágrimas’, Robert Wise (1965)
La alegre novicia de esta historia (Julie Andrews) no se lo piensa ni un segundo, abandona la abadía de Estrasburgo para convertirse en institutriz y seducir al capitán von Trapp. Si duda o no de su fe religiosa es algo que Robert Wise ni siquiera se planteó.
‘Robin y Marian’, Richard Lester (1976)
Robin (Sean Connery) se ha ido a las Cruzadas y Marian (Audrey Hepburn) se ha metido a monja. Muchas religión, pero cuando ambos se reencuentran, todo eso se olvida. “Te amo más que a los niños, más que a los campos que planté con mis manos, más que a la plegaria de la mañana, más que a la paz, más que a la alegría, más que al amor, más que a la vida entera. Te amo más que a Dios”.
‘La duda’, John Patrick Shanley (2008)
Adaptación de una obra teatral escrita por el propio director, la película estaba protagonizada por Meryl Streep y Phillip Seymour Hoffman, inmensos en sus papeles de la monja estricta y el sacerdote perseguido por la sospecha. Con Amy Adams en el tercer personaje principal, el filme apostaba por la duda antes que por la certeza, cuando no existen pruebas. Una vez más, la religión y el cumplimiento de sus rigurosas normas se interponían en la sana relación de las personas.
‘On the Path’ ('En el camino'), Jasmila Zbanic (2010)
Historia de una pareja con problemas que crecen mucho más cuando él, Amar, ingresa en una estricta comunidad musulmana. El fundamentalismo de este grupo se interpone entre ambos y la posibilidad de solucionar sus problemas. Zrinka Cvitesić y Leon Lucev eran los protagonistas.
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