'Stella. Víctima y culpable' / Killian Riedhof lleva al cine la historia de Stella
Goldschlag, una judía que colaboró con la Gestapo delatando a otros judíos desde
septiembre de 1943 hasta el fin de la guerra. Se convirtió en una traidora para
salvar a sus padres y a ella misma de ser enviados a Auschwitz. Víctima del
nazismo y culpable, la película provoca una reflexión en torno al auge de las
dictaduras en el mundo. Premio del Público de Panorama Internacional en el Festival de Málaga.
La actriz Paula Beer
es la protagonista de la película, historia real de una ‘caza judíos’ que fue
llevada ante la justicia al final de la guerra. El filme de Killian Riedhof
provoca al espectador para que se pregunte a sí mismo qué haría él en una
situación como la que vivió Stella Goldschlag.
LA GRAN ILUSIÓN: ¿Por qué quería contar esta historia?
KILIAN RIEDHOF: La historia surgió después de ver la foto en
un artículo hace más de veinte años. El texto se titulaba El veneno rubio
y era sobre una joven que vivió en Berlín y que cometió hechos horribles, pero
que también fue víctima de hechos horribles. Desde que leí ese artículo, me
intrigó el personaje, esa persona que había existido en la vida real, la
ambivalencia que tiene el personaje… y me hizo plantearme la pregunta ética de
qué haría yo en esa situación, ¿hubiera actuado como ella?
LGI: La historia se pregunta por los límites entre la
tradición, la complicidad… ¿hay intención de provocar un debate sobre la
complicidad con las dictaduras hoy?
KR: Sí, me
parece que es una pregunta muy actual porque vivimos rodeados de dictaduras.
Por ejemplo, en Rusia hay una dictadura, en Estados Unidos hay un partido que
es casi fascista, en Alemania del Este el partido ultraderechista tiene el
apoyo del 30% de la población…. Tenemos que ser muy conscientes de la situación
que vivimos en la actualidad. No es fácil responder esas preguntas que plantea
la película, pero quizás se puedan cambiar las cosas incidiendo en ellas. Es
muy fácil caer en el fascismo porque te desprende de responsabilidad y de
humanidad. Hay que despertar un poco y defender, entender cuáles son nuestros
valores, la democracia… Es necesario participar en manifestaciones, por ejemplo.
En Alemania ha habido manifestaciones de miles de personas manifestándose
contra el partido ultraderechista.
LGI: ¿Cómo habla el personaje de Stella a los europeos de
hoy?
KR: Es un
personaje muy de actualidad, porque es una persona muy centrada en sí misma, como
nos pasa a muchos hoy en día en nuestra sociedad, somos muy egoístas, estamos
muy centrados en nosotros mismos. La foto más importante que podemos hacernos
es un selfie. Hay que ser consciente de que es muy fácil olvidarse de lo que
tenemos a nuestro alrededor, de la situación política que tenemos y esa actitud
que tienen muchas personas nos pone en una situación en la que quizás nos pueda
ocurrir algo parecido a lo que a lo que le pasó a ella.
LGI: ¿Ha sido fácil o lo contrario conseguir financiación
para un proyecto como éste, con una protagonista con la que el espectador no
iba a empatizar?
KR: Sí. Ha
sido complicado encontrar financiación y hay que tener en cuenta que la
historia se cuenta desde donde ocurrió todo, en Alemania, pero ha valido la
pena. Esta es la historia de una joven a la pervirtió el sistema, que vivió del
sistema criminal que utilizaba a las propias víctimas para llevarlas a su
propia destrucción. Es muy importante que seamos conscientes del sistema en el
que estuvo sumergida.
LGI: ¿Cuántos judíos colaboraron con la Gestapo?
KR: A muchas
personas ofrecieron la posibilidad de delatar a otros judíos, pero solo unas 15
o 20 aceptaran ser delatores. Eso demuestra que la traición no es una respuesta
automática del ser humano, sino que al final depende de una decisión personal,
cuando una persona tiene motivos personales para aceptarlo. Sobre todos tenemos
impulsos internos que nos llevan a decir que no a este tipo de situaciones.
Stella también los tuvo.
LGI: Y ¿hubo más juicios como el de ella?
KR: No, es el
único juicio que se conoce contra una persona que delatara a otras. Parece que
los jueces alemanes tienen bastante dificultad para castigar a su propio pueblo
en estos casos.
LGI: En las imágenes y el ritmo de la película hay una
especie de urgencia, ¿quería acompañar con ello la improvisación constante en
que se vivía esta mujer?
KR: Sí. Su
vida era impredecible. Nunca se sabía qué era lo que iba a pasar. Desde el
punto de vista ético es muy fácil ahora que han pasado 80 años y ya conocemos toda
la historia, pero en aquel momento Stella no tenía esta información, no se
había cómo se iba a juzgar todo eso en el futuro, no tenía ni idea de en qué
momento de la historia estaba y entonces, simplemente, vivía según lo que se
iba encontrando. El uso de la cámara, en movimiento, trata de conseguir que el
espectador se ponga en los pies de Stella, que tenía que tomar decisiones de forma
muy rápida.
de Kilian Riedhof
Duración: 120 minutos
Calificación: no recomendada para menores de 16 años
Idioma original: inglés y aleman
Intérpretes:
Estreno: viernes 15 marzo 2024
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