El actor James Wood aseguró en una ocasión que jamás había conocido a un actor que no le diera vueltas en la cabeza a su discurso de aceptación del Oscar. Ha habido, sin embargo, algunos que han dado la espalda de la estatuilla. También algunos guionistas y directores han despreciado el galardón de la Academia de Hollywood.
Dudley Nichols, autor del guion de
El delator, película de John Ford, fue el primero que rechazó un Oscar. Lo hizo para protestar por la forma en que Hollywood maltrataba a los escritores. (1936). Un año después otro guionista,
John Lee Mahin, rechazó la candidatura (por
Capitanes intrépidos) porque consideraba que la Academia de Hollywood era comunista.
En 1938, es decir, al año siguiente, de nuevo un guionista, en este caso el escritor
Bernard Shaw, fue protagonista. No acudió a recoge su premio, concedido por
Pigmalión, y comentó: “Es como si le dieran un premio al rey de Inglaterra por ser rey. Me parece insultante este honor”.
En 1970, el actor
George C. Scott, ganador del Oscar al Mejor Actor por
Patton, de Franklin Schaffner, no apareció a recoger la estatuilla, cosa que ya había anunciado y había explicado diciendo que estaba en contra de que los intérpretes compitieran. Recogió el premio en su lugar el productor de la película, Frank McCarthy.
Muy famoso es el ‘no’ que
Marlon Brando dijo en 1972 al premio de la Academia de Hollywood. Ganador del Oscar por
El Padrino, el mítico actor lo rechazó como forma de denuncia y protesta por la manera en que se mostraba a los indios en el cine y la televisión. No acudió a la ceremonia, pero envió a la actriz
Sacheen Littlefeather, que leyó el discurso que él había escrito: “La comunidad cinematográfica ha sido tan responsable como cualquier otra por la degradación del indio y por ridiculizar su carácter, describiéndole como hostil, salvaje y malo (…) Yo, como miembro de esta profesión, no creo que pueda aceptar aquí esta noche un premio como ciudadano de Estados Unidos. Los premios en este país y en este momento es inadecuado que se reciban o se den hasta tanto sea modificada drásticamente la condición del indio americano. Si no cuidamos a nuestros hermanos, no seamos al menos quienes los ejecutemos”.
Clint Eastwood, presentador del premio a la Mejor Película, se refirió al discurso y dijo: “No sé si presentar el Oscar o disculparme por todos los vaqueros que han aparecido en las películas de John Ford”.
Otros desprecios que se ha ganado el Oscar han sido los de
Woody Allen. Ganador de cinco estatuillas, la primera vez que el cineasta acudió a la gala fue en 2002. Para todas las ocasiones en que no ha ido y no ha recogido el premio que le habían concedido ha dado una grandísima excusa, ha dicho que se le había olvidado que era la noche de la ceremonia.
Katharine Hepburn y
Laurence Olivier tuvieron mejores disculpas. La primera estaba de vacaciones en Europa cuando ganó su primer galardón y por eso no acudió a recogerlo. Olivier estaba haciendo teatro en Londres y no quiso suspender la función. Más cerca de Allen y, desde luego, con el auténtico estilo
John Ford, el genial cineasta no apareció a recoger el Oscar por
Las uvas de la ira (1940) porque estaba pescando.
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